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SEMIFINALES DE LA COPA DEL REY

El Barça funde Sarrià

Los azulgrana se meten en la final tras neutralizar dos veces la ventaja del Espanyol

Robert Álvarez

El Barcelona apagó la caldera de Sarrià y aumentó su traza de equipo grande camino de la final. La autoridad azulgrana fue puesta en cuestión pero fue más diáfana cuanto más se empecinó el Espanyol. La situación se repitió por dos veces y por dos veces se superó el grupo azulgrana que incluso tuvo un detalle de generosidad y acabó ganando su segundo partido consecutivo lejos del Camp Nou. Se fue tan campante de Sarrià, como si nada. Fue el suyo un trabajo muy profesional. Se pasó los 90 minutos restregándole el 1-0 por la cara al Espanyol. Fue la diferencia. El Barcelona posee la sabiduría innata de los grandes. Sabe manejarse en el fragor de los acontecimientos. Conoce el momento justo para apretar el acelerador. El Espanyol, en cambio, actuó a contrapelo, con el 1 -0 de la ida clavado en el corazón, y acabó fagocitado por el vértigo del acontecimiento. Fue paradójico, no le quedó otro remedio al equipo de Camacho que empujar el partido al terreno de la esquizofrenia y fue en ese momento cuando el Barcelona se dio mayor esplendor sobre el césped.El grupo azulgrana refrigeró de entrada un partido con peligro de electrocutar al más pintado. Logró que pasaran 37 minutos sin que le apretaran las costuras. Y cuando el Espanyol le hizo subir el agua al cuello, cuando logró su tanto y le metió el miedo en el cuerpo, cuando Busquets le ganó el mano a mano a Brnovic que pudo suponer el 2-0, sólo cuatro minutos después de encajar el tanto, tiré del sedal y cobró la pieza. Y volvió a pasar lo mismo en el segundo tiempo. Subió de nuevo la marea, pero volvió a aferrarse a su suerte el Barcelona.

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El primer empate aplacó los ánimos del personal que se congregó en Sarrià, llamado por su equipo como si de una cruzada se tratara puesto que estaba en juego el acceso a la final que no conseguía desde hacía 39 años y la posibilidad de clasificarse para la Recopa por vez primera en su existencia. Camacho, sin embargo, apeló al factor cerebral. El Espanyol no arrincono al Barcelona. La presión fue mutua. Tanto que no había acción que no provocara la duda: falta de uno o del otro. Los marcajes eran tan cerrados, estrechos e :implacables que no había tiempo para pensar. El Barcelona reclamó mucha atención defensiva del Espanyol. Situó Cruyff una línea de tres defensas, con Guardiola por delante y Popescu de bombero adelantado. Nadal se fue al volante derecho, donde creó grandes dudas a Arteaga. Roger, en el volante izquierdo, tuvo terreno franco para incorporarse al ataque y no encontró oposición hasta que llegó a la demarcación defensiva de Cristóbal. Hasta el ariete del Espanyol, Urzaiz, tuvo que cuidar de forma repetida de las irrupciones de Popescu y Abelardo en terreno blanquiazul. Nadal envió fuera un servicio de Ferrer (m. 14) y el Espanyol repitió intentos siempre baldíos con remates muy tiernos y alejados de la red.

Pero el Espanyol cuenta con un recurso eléctrico. Los balones desde su defensa se convierten en armas letales si conectan con sus puntas. Así se puso por delante. Después, cuando llegó el empate del Barcelona, no le quedó más remedio a Camacho que quemar sus naves.

Quitó del equipo a Torres Mestre, un defensa, y a Francisco, cuyo trabajo de construcción no fue demasiado rentable, para inyectar dosis de instinto atacante con Pacheta y Benítez. El Barcelona navegó entre la templanza y la pusilanimidad. Así encajó el segundo tanto y así tuvo de nuevo que volver a buscar a Raúl. Lodro envió un balón al travesaño cuatro minutos después del 2, 1. Era el mismo intervalo que estuvo patas arriba en el primer tiempo. Tardó algo más en poner en franquía su acceso a la que será su 31ª presencia en la final. Pero redondeó su faena con un nuevo triunfo que le lleva a una final en la que puede igualar el récord de 23 copas que tiene el Athletic.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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