Defensa ciudadana, y tarea humanitarias en vez de mili
Francia abolirá el servicio militar obligatorio en 2001 Eso es seguro. Pero impera una gran confusión en torno a los posibles servicios sustitutorios, voluntarios u obligatorios. Jacques Chirac invocó la necesidad de "un gran debate para que los franceses decidan", pero, descartada la posibilidad de un referéndum, se ignora cuáles deben ser los foros de debate y de qué forma puede expresar los franceses sus preferencias. Lo más probable es que, en último término, sea el Parlamento el que determine.Chirac se mantiene neutral ante las opciones y el Gobierno parece dividido. El Ministerio de Defensa es partidario de un servicio obligatorio y, con ello, recoge el sentimiento mayoritano en el Ejército, donde resulta difícil hacerse a la idea de la desaparición definitiva del reclutamiento como tradición republicaria e integradora.
En Defensa se piensa en la hipótesis de un servicio de seis meses, para chicos y chicas. La mitad del contingente se dedicaría a funciones de "defensa del territorio y del ciudadano" (auxiliares de gendarmería bomberos y vigilancia de escuelas), un 40% se destinaría a "misiones humanitarias y ambientales" y un 10% a funciones auxiliares del Ejército (cocineros, oficinistas, etcétera). En Defensa se descarta por completo la posibilidad, expresada por el propio presidente Chirac, de que tal servicio pudiera ser considerado inconstitucional como trabajo forzoso.
En los Ministerios de Finanzas y Presupuesto se piensa que un servicio obligatorio supondría un gran coste en alojamiento, manutención y paga, sin que su utilidad compensara el esfuerzo económico, por lo que se prefiere un servicio voluntario y restringido.
En otros ámbitos, la gran reforma militar suscitó ayer todo tipo de reacciones. El general Jacques Massu, de 88 años, uno de los grandes héroes de la Liberación, expresó su temor a que no hubiera suficientes jóvenes franceses dispuestos a servir profesionalmente en el Ejército y calificó de "desastre" la disolución de regimientos. El líder ultraderechista Jean-Marie Le Pen intentó, por su parte, aprovechar la inquietud entre los militares y creó un comité para "combatir el debilitamiento y la desmoralización de las fuerzas annadas causados por Jacques Chirac".
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