Botín quiere frenar a las cajas

Botín no desaprovechó la oportunidad de lanzar al PP y a las autoridades monetarias un mensaje diáfano. Lo hizo entrando de lleno en la polémica entablada entre cajas y bancos y la legislación de las primeras: "Se ha hablado de las cajas de ahorro y de si su política de compra de bancos debería o no ir acompañada de una idéntica posibilidad para los bancos de adquirir cajas. Aunque yo pienso que ni los bancos deben comprar cajas, ni las cajas comprar bancos, tengo que decirles que a mí no me parece que ésta sea la forma correcta de plantear la cuestión. Si se va por ese camino, lo único que se conseguirá es que se desnaturalice el papel singular y muy positivo que las cajas han mantenido dentro del sistema financiero y que las propias cajas han destacado con razón en muchas ocasiones". Botín remachó esta afirmación con esta otra: "Alterar radicalmente estos perfiles y hacerlos sin una idea clara de cuál debe ser el modelo final, me parece un riesgo que las autoridades monetarias tendrán que valorar".

No a las fusiones

Botín volvió a manifestar su oposición a nuevas concentraciones. "Estoy convencido de que el mapa bancario español, nucleado en torno a cuatro grandes grupos, está estabilizado y que cualquier nuevo movimiento de consolidación tendría efectos, desde el punto de ' vista competitivo, que afectarían negativamente al propio sistema y al consumidor español".Según Botín, con los cuatro grandes grupos (Santander, BBV, BCH y Argentaria), el grado de concentración es suficiente. Y para él las posibles fusiones no tienen justificación alguna. "Provocarían un empobrecimiento de la oferta bancaria con consecuencias negativas para el consumidor", subrayó.

El Santander protagonizó el último episodio de concentración con la compra de Banesto y no quiere perder el primer puesto del ranking que pretende el BBV. De ahí esa oposición.

Precisamente, a Banesto dedicó Botín una parte importante de su discurso. Según el presidente del Grupo Santander, la apuesta de Banesto está basada en una visión de futuro y "después de 1997 la contribución de Banesto al grupo será ya positiva y creciente y estoy seguro que superará como hasta ahora nuestras expectativas".

El año pasado, Banesto diluyó los beneficios del Grupo Santander en 12.315 millones, quedándose los beneficios del grupo en 75.394 millones, con un aumento del 8,3%. Para el presente año, el Grupo Santander espera aumentar sus beneficios entre un 7% y un 12%. El dividendo de 1995 es de 280 pesetas por acción frente a las 260 de 1994.