Aznar "¡Quiero el programa ya!
Disputas en el PP porque el programa electoral se retrasó mes y medio
El programa del PP tiene muchos padres, como las victorias. Y tantos autores era díficil que no disputaran. En el partido que parte como favorito para ganar el 3 de marzo han aparecido fisuras por establecer quién se apunta el presunto éxito de llevar a José María Aznar a La Moncloa. Unas diferencias que se han apreciado especialmente a la hora de atribuirse la redacción final del programa y el mérito ideológico de haberse sabido "centrar".El equipo que rodea a Aznar habría querido disponer de ese documento a mediados de diciembre, para que todos los que constituyen la comisión que supervisó su redacción final pudieran analizar cada punto durante las vacaciones de Navidades. No fue así.
La confección del programa se retrasó por varias razones y el propio Aznar tuvo que ponerse firme y reclamar: "¡Lo que quiero es el programa ya!". La culminación del texto encalló, en primer lugar, porque el responsable oficial de estudios y programas del PP, José María Michavilla, se empeñó en basarse sobre todo en los trabajos previos realizados por las distintas comisiones sectoriales bajo su control. Le apoyó Francisco Álvarez Cascos, el secretario general del PP. El entorno de Aznar deseaba más aportaciones y suprimir algunos excesos en la creación de organismos y altos cargos. Ahí surgió el primer encontronazo entre Michavilla y el equipo de Miguel Ángel Cortés, el secretario general de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) del PP. Otro inconveniente para terminar a tiempo fue la convocatoria para el 19, 20 y 21 de enero del "exitoso" Congreso Nacional del partido. Algunas fuentes del PP admiten ahora que no la mejor opción celebrarlo en esas fechas. Porque, en definitiva, se había llegado a la última semana de enero con las listas al Congreso y al Senado por cada provincia prácticamente cerradas pero sin un documento con las ideas, y compromisos del PP con la opinión pública. El síndrome del "programa oculto" se acrecentaba. Aznar exigió entonces un documento definitivo que sumara todos los esfuerzos realizados los meses anteriores por sectores diversos y más bien enfrentados de su entorno más próximo.
Eran las tres de la madrugada del limes 22 de enero cuando bajo el empuje final de Álvarez Cascos, una comisión encabezada por Mariano Rajoy, vicesecretario general, y en la que participaron Rodrigo Rato, portavoz en el Congreso de los Diputados, Michavilla, Cortés, Cristóbal Montoro, Rafael Arias Salgado, Gabriel Cisneros y Carlos Aragonés, ratificó el bloque de ideas de donde surgió el programa, 255 páginas de párrafos poco comprometidos.
Cada fuente de inspiración aportó sus conclusiones, procedentes de las comisiones sectoriales y de las ponencias del propio congreso del PP.
El lunes 5 de febrero Aznar enseñaba en Génova 13, sede central del PP, sus cartas programáticas a los medios de comunicación. Junto al documento general, titulado Con la nueva mayoría y muy concreto, se entregó un libreto sumido. Esa síntesis, más esquémática y de diseño moderno, creada por orden de Aznar y, gracias a la batuta de Miguel Ángel Cortés.
El empuje del responsable de FAES por hacer valer en el partido su trabajo de varios años en la sombra se interpreta por un lado como "escaramuzas" internas ante la probable llegada de Aznar La Moncloa. Cortés sería el jefe del denominado clan de lid, en el que estarían Carlos Aragonés, coordinador de la Presidencia del PP, y muchos de los jovenes de UCD reclamados por ambos cuando Aznar fue nominado presidente de la Junta de Castilla y León. Son los que se atribuyen el paso al centro del PP clan estaría, según la tesis de parte del aparato de Génova 13, situándose para atrapar hilos de poder
Cortés, en presencia de un miembro del gabinete de prensa del PP, negó a este periódico cuaquier disensión y afirmó: "Sólo hay un programa en el PP y se ha elaborado entre todos porque tiene muchos orígenes". Sin embargo, hay otras interpretaciones este conflicto de intereses. Como la que sostiene que Álvarez Cascos, hombre reconvertido al cetrismo actual del PP desde la vi guardia de AP, defendió el papel institucional del partido a la hora de suscribir un programa teóricamente tan comprometido. Por tanto, ese texto debía llevar la firma de José María Michavilla, secretario oficial de estudios y programas. Michavilla, finalmente no se quedó sin cometido, aunque menor que el de Cortés. Su reponsabilidad consistió en editar un millón de folletos explicativos del programa con 34 páginas.
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