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El paro afecta a 4,15 millones de alemanes, el nivel más alto desde la II Guerra Mundial

Las cifras de paro de enero, anunciadas ayer por la Oficina Federal de Trabajo de Nuremberg, superan los cálculos más pesimistas y baten todas las marcas desde la fundación de la República Federal de Alemania: 4.159.000 parados, qué representan un 10,8%, el nivel más alto desde la II Guerra Mundial. Desde finales del pasado mes de diciembre, la cifra de parados aumentó en 368.300 personas y este año supera en casi 309.000 la de 1995 por estas fechas. La subida del número de parados se atribuye al terrible invierno que sufre Alemania, con heladas terroríficas y temperaturas de dos dígitos bajo cero en casi todo el país. Además el crecimiento económico, ahora estancado, no llega para crear empleo.

Se esperaba la mala noticia, pero no se pensaba que podía ser de tal envergadura. Las perspectivas de que la crítica situación del desempleo en Alemania mejore tampoco son muy buenas. El cuarto trimestre de 1995 el crecimiento del producto interior bruto (PIB) fue cero y este primero de 1996 no será mucho mejor. Para todo 1996 se prevé un crecimiento del 1,5% del PIB, que resulta a todas luces insuficiente para crear empleo. La cifra de parados se reparte entre 2,9 millones en el Oeste, un 9,4% (8,9% en 1995), y casi 1,26 millones en el Este, en la difunta República Democrática Alemana, un 16,8% (14,8% en 1995). El telediario de la segunda cadena pública de la televisión alemana (ZDF) ilustró ayer su información sobre el paro con estadísticas de los días de la República de Weimar, cuando se llegó a 5,5 millones de parados en 1932, y con imágenes del salvador Adolfo Hitler.

Cifra aún mayor

Las cifras estadísticas de paro podrían ser superiores en la realidad, porque existe mucho desempleo enmascarado. En el este de Alemania se encuentran decenas de miles de alemanes sin trabajo, pero no figuran en las listas, porque realizan cursos de reciclaje profesional. Tampoco se puede estimar con certeza el número de quienes se han resignado ya y renuncian a inscribirse en las listas de personas que buscan trabajo.

El canciller Helmut Kohl calificó de "dramática" la situación del mercado de trabajo en Alemania. Durante un debate en el Parlamento alemán pidió a la oposición su apoyo para poner en marcha de inmediato el plan de reactivación de la economía aprobado por el Gobierno el pasado 30 de enero. El presidente de la Oficina Federal de Trabajo, Bernhard Jagoda, declaró ayer en Nuremberg: "Esta triste cifra tiene que conmovemos a todos. El interés egoísta y el aferrarse a intereses particulares no puede paralizarnos y bloquearnos por más tiempo". Para Jagoda, las causas del paro son en gran parte estacionales, por el mal tiempo, pero esto no puede hacer ignorar la falta de crecimiento y la ausencia de una política de empleo.

La vicepresidente de la Confederación Alemana de Sindicatos (DGB), Ursula EngelenKefer, declaró que la cifra de parados supera las peores previsiones de los sindicatos y criticó a los empresarios por permitir que esta marca del paro coincida con un máximo en las horas extraordinarias. La sindicalista pidió a los empresarios que depongan su actitud de bloque y permitan las transformación de horas extraordinarias en puestos de trabajo. Para Engelen-Kefer, las cifras reales de paro son muy superiores a las anunciadas ayer, si se considera que 1,5 millones de personas se encuentran en cursos de readaptación, rehabilitación o jubilación anticipada.

En los medios de comunicación alemanes se palpa el pánico ante el problema del paro. Las dos cadenas públicas ARD y ZDF dedican al tema amplios espacios especiales fuera de programa. La ARD ya dedicó hora y media el martes y la ZDF lo hizo ayer por la noche. El fantasma del paro flotó durante todo el día de ayer en el Parlamento, que debatió el informe económico anual del Gobierno y sirvió para un ajuste de cuentas entre Gobierno y oposición.

Elecciones a la vista

El debate estuvo impregnado por la necesidad de los políticos que compiten en las elecciones regionales del próximo 24 de marzo de aparecer ante el electorado en el debate, emitido en directo por la televisión. Por este motivo intervinieron muchos oradores poco habituales en el Bundestag. En las filas socialdemócratas (SPD), el jefe del grupo parlamentario del SPD, Rudolf Scharping, asumió el papel de fustigador del Gobierno, mientras que el presidente del partido, el presidente del Sarre, Oskar Lafontaine (SPD), adoptó un tono más conciliador y se mostró dispuesto a aceptar la propuesta del canciller Helmut Kohl de afrontar juntos el problema.

El aumento del desempleo alemán alimentó ayer las expectativas de nuevos recortes de los tipos en este país. Francia y Dinamarca aprovecharon esta perpectiva para reducir sus tipos de intervención al 3,90% y 4,25%, respectivamente.

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