Aznar intentará "vender programa" y evitará el choque con González
José María Aznar no entrará en ninguna polémica con Felipe González durante la campaña electoral. Sólo se enzarzará con él si hay debates ante las cámaras de televisión. La dirección del PP cree que el PSOE hará una campaña "meramente destructiva", destinada a debilitar su posición inicial de ventaja, y quiere que el candidato Aznar dedique todos sus esfuerzos a proyectar las propuestas del programa, desde una actitud de moderación que puede atraer a los indecisos.
Los cálculos del equipo de campaña electoral, que dirige el vicesecretario general Mariano Rajoy, son que el PP cuenta con un porcentaje de voto decidido y consolidado por encima del 40%, incluso si se produce un nivel de participación muy alto, en tomo al 80%.Hay todavía un millón escaso de votos en duda. Si se pregunta a Rajoy o a alguno de sus colaboradores si en esa bolsa se juega la mayoría absoluta, contestan: "Puede ser, es más que probable".
La pelea voto a voto y la movilización de todas las fuerzas del partido para convencer a los indecisos y amplificar el efecto de "caballo ganador" pueden ser decisivas. Los expertos aseguran que varios centenares de miles de votantes apoyan siempre al partido que creen que va a ganar. "Son los que no pierden jamás las elecciones", explican.
Tras las generales de 1993 , cuando el PP alcanzó su cota máxima de votos, en torno a ocho millones, pero fue derrotado nuevamente por el PSOE, los análisis posteriores comprobaron que con 5.000 papeletas más hubieran cambiado de signo cinco diputados.
Los hubieran perdido los socialistas en beneficio, de los populares. El resultado habría sido que el Grupo Socialista del Congreso contara con 154 escaños (en vez del 59) y el Grupo Popular con 146 (en vez de 141). Pero tras el 3-M, cinco escaños de menos para unos y de más para otros pueden significar mayoría absoluta o mayoría relativa.
Aznar ha girado 180 grados desde la convocatoria de las elecciones. Ha dejado atrás el acoso propio de la oposición y ha adoptado la actitud de quien está seguro de que va a gobernar. Así tiene previsto seguir hasta el 3 de marzo. Hasta el comienzo oficial de la campaña, el 15 de febrero a medianoche, se concentrará en explicar, en actos dedicados a auditorios especializados, algunos de sus objetivos.
"Táctica destructiva"
Rajoy y otros responsables de la campaña del PP, que será presentada oficialmente hoy, califican de "destructiva" la que está desarrollando el PSOE. "No quieren presentar sus propuestas a la sociedad ni les interesa el debate sobre soluciones a los problemas", afirma un miembro de la ejecutiva popular.
"Están en la táctica meramente destructiva, de desgaste del adversario, de rebañar unos votos para ver si nos cierran el paso a la mayoría, absoluta". En ese objetivo, los populares creen que coinciden el PSOE y los nacionalistas catalanes y vascos de CiU y el PNV. "Insistirán, como en 1993, en extremar la dialéctica izquierda-derecha y en los temas sociales, donde creen que somos más vulnerables", estima Rajoy. Pero el PP cree que el recurso al "miedo a la derecha" se desgastó en 1993 y, además, la credibilidad del principal partido de la oposición y de sus equipos se ha asentado con solidez en la opinión pública. "Lo demuestran todas las encuestas", aseguran.
Mientras Aznar se dedica al discurso programático, los dirigentes del segundo nivel contestarán a los, socialistas, pero cuidando el lenguaje. No quieren grandes choques dialécticos porque sería seguir el juego de los adversarios, "salvo que el PSOE agreda". "Y no van a lograr sacarnos del centro, que es lo que pretenden, que mostremos actitudes radicales", señala Rajoy.
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