"Madrid necesita mas teatros medianos"

Sus pupilas son profundas como dos sacos sin fondo y se ha propuesto llenarlas hasta que revienten. Español nacido en Buenos Aires, Juan Diego Botto ha vivido en 20 años lo que muchos no consiguen en 40 sin dejar de parecer un chavalín. De su llegada a España apenas recuerda un largo viaje, en un avión que se le antojó gigante. Criado en el ambiente propicio (hijo de Cristina Rota, maestra y directora de escena), Botto debutó como actor con cinco años y nunca quiso tener otro trabajo. En aquella ocasión tan sólo dijo "yes". Con el tiempo, sus papeles han crecido y a partir de las Historias del Kronen son los otros quienes hablan de él. Por decisión propia, Juan Diego Botto es un buen actor y un pésimo famoso. Milita en un partido maoísta que pide el voto para Izquierda Unida, también en las elecciones locales. Ha sido Calixto en una Celestina para el cine y ahora hace en teatro un texto de Joe Orton, dirigido por su madre, a quien siempre se refiere llamándola Cristina.Pregunta. ¿Siente que su madre le da más caña que a los demás?

Respuesta. Profesionalmente, sí. Igual que al resto de mis compañeros. Ella nos dirige y nosotros hemos hecho un montaje nada fácil. Un director ha de forzar a los actores hasta conseguir lo que desea de ellos.

P. Usted se considera madrileño.

R. Sí. Diecisiete años pesan más que tres, y han sido los últimos que he vivido. Me gusta Madrid y no la cambiaría por nada. Vivo en el centro y puedo ir andando al trabajo, a la sala Mirador, donde paso. prácticamente todo el día. El campo no me interesa, yo quiero salir a la calle y ver gente, bares y bullicio.

P. Y teatros.

R. En muchos casos la oferta cultural de Madrid es muy pobre, pero crece si la comparas con el resto de España. Quizás el teatro no es su fuerte. En una ciudad tan grande, 10 salas de mediano aforo, como la nuestra, es un número ridículo. La compañía que más admiro, el Lliure, es catalana. Pero al final, casi todo llega a Madrid.

P. ¿Le parece útil militar en un partido marginal?

R. Claro. Yo considero justa una ideología cuando pienso que puede ser útil para mí y para los demás.

P. ¿Argentina es un mal recuerdo para usted?

R. Lo fue durante los primeros años que pasamos en España. Después, una vez que he revisitado el país y he disfrutado de mi familia, se ha borrado ese recuerdo tan negro. Buenos Aires es fantástica, pero no me gusta vivir allí.

P. En esta compañía, Nuevo Repertorio, hacen ustedes de todo, incluso limpiar los baños.

R. Somos 13 y compartimos todas las tareas. Limpiar el baño de la oficina es como limpiar el de mi casa. Por el rodaje de La Celestina, mis compañeros me han rebajado de servicio.

El rufián en la escalera. Sala Mirador. Doctor Fourquet, 31.