Agrada comprobar,

aunque sólo sea de tarde en tarde, que existen grietas en colectivos profesionales que habitualmente tienden a arroparse a costa de lo que sea. Y me agrada especialmente leer, a las claras y sin tapujos, el editorial que EL PAÍS escribió contra El Mundo el sábado 27 de enero.Me ha costado tiempo ver todos los intereses que ocultaba tras titulares y editoriales el pe riódico que dirige Pedro José Ramírez, a quien he seguido des de que dirigía Diario 16. Pero como de sabios es rectificar, he abandonado la lectura de un pe riódico como El Mundo, de cuyas páginas se desprende odio, manipulación y resentimiento con el único objetivo de destruir, cueste lo que cueste, a quien o quienes él considera responsa bles (?) de su despido de Diario 16: González y su partido. Juró venganza y algunos, leyendo su periódico, hemos contribuido sin quererlo a dar alas a unas intenciones muy alejadas de lo que debería ser el objetivo de un periódico. Cierto es que todos los medios tienen intereses hacia uno u otro partido, hacia uno u otro banco.... Soy consciente. Pero lo del diario El Mundo va más allá de todo esto. Si estoy de acuerdo con el editorial de EL PAÍS y ahora me decido a escribir esto es porque leo más de un periódico, veo más de una cadena de televisión y escucho más de una emisora. Sólo eso me ha per mitido comparar, calibrar y dar me cuenta de que, si quiero que algún medio me forme la opinión, ese, desde luego, no es El Mundo.-