Me dirijo a su
periódico para agradecerle la publicación, el pasado lunes 29 de enero, del esclarecedor artículo Pedro J. Ramírez y los GAL. No obstante, he de confesar que ha conseguido sorprenderme la rotundidad con que queda manifiesto el pasado apologista de la guerra sucia contra ETA de Pedro J. Ramírez y, consecuentemente, la falta de legitimidad moral de su postura actual.La única explicación que encuentro capaz de conciliar esa olvidada faceta ideológica del director de El Mundo con su actual pretensión de erigirse en paladín de la defensa del Estado de derecho desde el poder mediático, no es otra que Pedro J. Ramírez se encuentre entre los que defienden que la ipseidad debe perderse cada 10 años. Si algo parece irrefutable a la luz de las hemerotecas, es que Pedro J.- Ramírez no puede eludir el ser calificado como converso a la democracia. y a los principios fundamentales del Estado de derecho que dice defender. Y también que, por tanto, resulta sospechoso de haber venido instrumentalizando el caso GAL como mecanismo eficaz de desgaste al gobierno, pero muy lejos de pretender, única y exclusivamente, prestar un decidido servicio al Estado de derecho.
Respecto a la contestación de El Mundo al editorial publicado por su periódico el sábado 27 de enero, simplemente me hizo recordar la célebre sentencia de Mark Twain: "Muchas veces es preferible mantener la boca cerrada y que la gente sospeche que eres idiota que hablar y despejar todas las dudas".
En definitiva, le felicito porque el citado artículo de EL PAÍS ha conseguido efectivamente "poner a cada uno en su sitio, ahora y entonces".-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.