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Dos semanas en blanco

Cómo mantener cerrada 14 días una carretera nacional sin que nadie entienda las razones exactas

Vicente G. Olaya

Un hostelero del puerto de Navacerrada explicaba el pasado viernes el sentir de los residentes en la zona, tras 14 días aislados por la nieve: "Nos hemos pasado meses pidiendo a todos los santos que nieve para abrir la estación, y, ahora que ha nevado con ganas, pedimos a esos mismos santos que la nieve entierre a los políticos que no fueron capaces de abrir una carretera nacional durante casi dos semanas".Todo comenzó el pasado día 20, cuando un temporal blanco sorprendió a los miles de personas que pasaban el fin de semana en los puertos de montaña. Muchos visitantes creyeron que la tormenta pasaría pronto y se refugiaron en los establecimientos y residencias de la zona. Se equivocaron. Sus vehículos quedaron enterrados bajo dos metros de nieve y ellos aislados a casi 2.000 metros de altura. Se fueron la luz y el teléfono. La Guardia Civil, Protección Ciudadana, los bomberos y la Cruz Roja tuvieron que rescatarlos. En algunos casos tardaron casi dos días. Resultado final: 400 rescatados.

Pero la nieve siguió cayendo en las jornadas siguientes. Las carreteras continuaron bloqueadas y los empresarios perdían dinero por el bloqueo -cerca de cincuenta millones de pesetas, según los afectados, informa Aurelio Martin-. Las autoridades no conseguían abrir cinco puertos (Navacerrada, La Morcuera, Navafría, Cotos y Canencia). Y llegaron las protestas. Los alcaldes de los pueblos afectados sacaron el hacha de guerra y exigieron soluciones. Protección Ciudadana les explicó que era difícil limpiar la carretera porque habían caído muchos árboles sobre la calzada y las máquinas quitanieves tropezaban con ellos. Los regidores respondieron que nieva más en los Pirineos y allí no cierran carreteras.

El miércoles, la Delegación del Gobierno y la Comunidad de Madrid elaboraron un plan de emergencia. Acordaron que antes de abrir la carretera había que eliminar todos los peligros: se talarían los árboles de los márgenes que amenazaban con caerse. Los leñadores de la Agencia de Medio Ambiente cortaron 300 ejemplares. Pero seguía cerrada. Eran necesarias más precauciones. El jueves se elaboró un decálogo con Ias pautas de comportamiento" que los visitantes del puerto debían seguir. Entre ellas, llevar una pala en el coche, poner la calefacción, abrir un poco la ventanilla y colocar un trapito en la antena si el vehículo quedaba bloqueado.

El viernes, la M-601 fue abierta, pero sólo un rato. El estacionamiento público de Navacerrada no estaba completamente libre de nieve: a las máquinas no les había dado tiempo en 14 días. únicamente cabían 170 vehículo s. Los visitantes menos madrugadores tuvieron que volver a Madrid o marcharse camino. del acueducto de Segovia.

"Pero yo no quiero volver. Sólo quiero parar un rato para desenterrar mi coche. ¡Lleva 14 días enterrado!", rogaba a la Guardia Civil uno de los que intentaban aparcar en el abarrotado estacionamiento. "A Madrid o a Segovia", no hay otra posibilidad, respondía el agente. "Lo que faltaba. Me mandan a comer cochinillo", respondió el dueño del vehículo enterrado. Y se fue a intentarlo más tarde.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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