El Supremo agrava las penas a los cinco 'boixos nois' que mataron a un seguidor del Espanyol
El Tribunal Supremo ha agravado la condena dictada por la Audiencia de Barcelona a cinco boixos nois por la muerte de un seguidor del RC Espanyol, el ciudadano francés Fréderic-François Roquier. El suceso ocurrió el 13 de enero de 1991, poco después de terminar un partido de fútbol. Fue, además, el más grave de los incidentes por rivalidades entre aficiones radicales. Ahora, el Supremo ha modificado el delito y de homicidio, por lo que condenó la Audiencia, ha pasado a asesinato. Para los magistrados del alto tribunal, la acción de los boixos fue "primitiva, casi animal".
El Supremo ha corregido la sentencia de Barcelona de mayo de 1994 por las circunstancias de la agresión mortal. Los cinco boixos circulaban en un vehículo en las inmediaciones de Sarriá con la intención de agredir a algún seguidor de las Brigadas Blanquiazules. Poco antes había acabado el encuentro , entre el Espanyol y el Sporting. Los agresores se toparon con dos jóvenes, uno de los cuales portaba una bufanda de ese club. Después de circular por las inmediaciones para cogerles por sorpresa, sostiene la sentencia, los cinco bajaron del coche al grito de "a por ellos".José María Arboleas consiguió huir, aunque resultó herido con un estilete. Rouquier, en cambio, recibió varios, machetazos que le ocasionaron la muerte. El Supremo argumenta que su muerte fue debida a un ataque súbito, imprevisto, fulgurante y repentino, siendo absolutamente ilusoria la idea de que el fallecido hubiese tenido alguna posibilidad real de defensa, cuando se encontraba inerme ante un ataque en grupo
Además, la sentencia dice que la indefensión de la víctima fue "total y absoluta" y que lo único que intentó hacer fue parar con la mano los golpes. La víctima estaba "plenamente confiada pues no existía motivo ni razón para pensar que sería acuchillada sin piedad".
El fallo agrega que el ataque de los agresores se realizó con la intención de coger por sorpresa "aterrando y paralizando a la víctima, de una forma primitiva y casi podría afirmarse de animal". Los jueces califican la agresión de "absurda e irracional" y la sentencia subraya la desproporción entre la víctima y sus agresores: "los asaltantes eran cinco, tres de los cuales persiguieron al compañero de la víctima impidiendo que pudiese prestarle ayuda alguna". Añade que los agresores "golpearon a la víctima" cuando cayó al suelo.
Por esas circunstancias, el Supremo admite el recurso de la fiscalía que defendió, ya en el juicio de Barcelona, que la actuación de los boixos estuvo marcada por la alevosía. Por ello, la muerte es asesinato, no homicidio.
Con el cambio de delito, la condena de los cinco se ha visto considerablemente agravada: Antonio Romero Ors -ejecutor de la muerte- pasa de 17 a 27 años de prisión; Francisco Javier Calaf y Jorge Esteve Sánchez deberán cumplir también 27 años y no 13; David Ventura Aparicio pasa de 12 a 26 años y Lluís Calafell ha sido condenado a 17 años de prisión frente a los seis que le impuso la Audiencia. En este último caso la pena supondrá el ingreso en prisión ya que Calafell -que era menor de edad penal al ocurrir los hechos- se encontraba en libertad provisional.
El Supremo no ha modificado las penas impuestas por la Audiencia de Barcelona por las lesiones que sufrió el joven que acompañaba a Rouquier, José María Arboleas. Por ellas, los cinco acusados fueron condenados a entre dos meses y cuatro años de cárcel.
Agresión en Sevilla
Por otra parte, la titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Sevilla, Eloísa Gutiérrez, ordenó ayer el ingreso en prisión sin fianza de tres de los seis jóvenes detenidos por agredir a un skin head del Sevilla el pasado 24 de enero, después del partido contra el Albacete. A uno de los detenidos, Juan José L., de 21 años, se le imputa un delito de homicidio frustrado al ser considerado el autor material de la puñalada que hirió de gravedad al ultraderechista en el vientre.Los seis detenidos fueron interrogados desde primeras horas de la mañana en los juzgados sevillanos, por los que también desfilaron varios testigos de la reyerta en la que se vieron implicados más de una veintena de aficionados del Sevilla de distinta ideología. Dos de los encarcelados, según sus familiares, militan en Izquierda Unida, informa Efe.
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