El nuevo primer ministro de Quebec advierte de que la secesión de Canadá será "inevitable"
El nacionalista Lucien Bouchard, recién elegido líder del gobernante Partido Quebequés (PQ) y, en consecuencia, primer ministro de Quebec, advirtió el pasado lunes, al acceder a la jefatura del Gobierno, que considera "inevitable" que la provincia francófona alcance la independencia. Pero Bouchard destacó que la principal prioridad de su mandato durante los próximos tres años será sanear las endeudadas finanzas de Quebec. La convocatoria a corto plazo de elecciones anticipadas o de un nuevo referéndum sobre la secesión de Canadá no figura entre sus planes.
Bouchard, de 57 años, ha relevado a su correligionario Jacques Parizeau tres meses después del referéndum que estuvo a punto -con un 49,4% de votos favorables- de abrir las puertas a la secesión de Quebec de la federación canadiense.Los sindicatos quebequeses, núcleo duro de la causa independentista, han acogido con inquietud las primeras declaraciones de Bouchard en favor de la austeridad.
Los resultados del referéndum conmocionaron a la opinión pública canadiense, que confiaba en una cómoda victoria federalista. Pero la voluntad independentista sigue viva a pesar de la mínima derrota en las urnas. Un sondeo publicado el pasado sábado refleja que el 75% de los encuestados en Quebec cree que la provincia será independiente y un 65% está convencido de que la secesión se producirá antes de 10 años.
El primer ministro de Canadá, Jean Chrétien, se ha apresurado a hacer aprobar en el Parlamento de Ottawa dos medidas para contentar a los quebequeses. La primera fue conceder a Quebec y a otras cuatro regiones derecho de veto sobre cualquier modificación de la Constitución. La segunda fue el reconocimiento de la provincia francófona como sociedad distinta en el seno de Canadá. Pero estas medidas, que están lejos de satisfacer las aspiraciones de los independentistas, son consideradas por muchos canadienses como simples paliativos a una seria crisis nacional.
Ante la eventual secesión de Quebec y la ausencia de iniciativas desde el Gobierno federal, han surgido en todas las regiones de Canadá grupos de reflexión sobre la unidad de Canadá, integrados por hombres de negocios, políticos y universitarios. Algunos de estos sectores ya han exigido la creación de una asamblea constituyente encargada de rediseñar la federación canadiense.
Por el momento, el primer ministro canadiense, Jean Chrétien, se ha limitado a incluir en el Gobierno a políticos quebequeses partidarios de la unidad del país. El nuevo ministro de Asuntos Intergubernamentales, Stéphane Dion, defendió el reconocimiento del carácter de "sociedad distinta" para Quebec "para acabar con las zonas de sombra de la Constitución".
Sin embargo, otros sectores han ido aún más allá. En una conferencia organizada en la Universidad McGill de Montreal el pasado día 21, un grupo de anglohablantes planteó por primera vez la posibilidad de la partición de Quebec: "Si Canadá puede ser dividido, Quebec también". En resumen, la creación de una nueva provincia para los quebequeses que quieran seguir ligados a Ottawa.
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