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La mitad de las químicas españolas de mayor riesgo, sin planes homologados de emergencia

El accidente de Flix destapa las deficiencias y retrasos en el control de este sector industrial

De las 171 empresas químicas asentadas en España que están obligadas a disponer de planes de emergencia exterior -por legislación de la UE-, sólo 88 tienen planes ya homologados, según los últimos datos de Protección Civil. A raíz de las críticas sobre todo lo que rodeó al accidente del pasado domingo en Flix (Tarragona), por un escape de cloro en Erkimia, han arreciado las críticas a la escasa vigilancia del mundo químico, desde las instalaciones a los productos puestos en circulación. Tarragona y Barcelona, Huelva, Murcia y Vizcaya son las provincias con mayores riesgos.

Un estudio de 1994 del Worldwatch Institute, con sede en Washington, indica que resultan desconocidos los efectos tóxicos del 80% de los aproximadamente 50.000 productos químicos industriales empleados habitualmente. Madrid, Murcia, Andalucía y País Vasco son las comunidades que tienen más avanzados sus planes de emergencia exterior de las químicas, según Francisco Ruiz Boada, subdirector general de planes y operaciones de Protección Civil. Reconoce, sin embargo, que las empresas lo han elaborado ya, aunque faltan las tramitaciones autonómicas y el viste, bueno de la Administración central. El retraso es evidente, pues directiva europea que lo regula data de 1982 y ya piensa en una nueva redacción que ampliará los controles a más industrias, incluidas las de explosivos.El entramado químico en España es denso, Según cálculos de la Federación Empresarial de la Industria Química (FEIQUE), hay unas 4.000 plantas químicas de todo tamaño y condición; de ellas, un centenar constituye el sector pesado. Una cantidad que responde, más o menos, a la media de la UE. Entramado tan denso como opaco, según la organización ecologista Greenpeace. Su portavoz, Juan López de Uralde, dice: "El gran problema es el absoluto secretismo. Ni siquiera las poblaciones junto a los polos químicos saben los riesgos, lo que se produce, el tipo de emisiones y de vertidos".

Greenpeace le tiene especial inquina a la industria del cloro -sector al que pertenece Erkimia-. "El problema surge cuando se asocia a compuestos orgánicos y forma los organoclorados. Cada vez hay más pruebas de su poder cancerígeno, de que están detrás de problemas de infertilidad masculina", afirma López de Uralde, para quien la industria del cloro tiene los días contados.

Disolventes clorados son los que produce Erkimia en la accidentada factoría de Flix; algunos como el tetracloruro están ya prohibidos en Suecia y Austria. Juan José Nava, vicepresidente de FEIQUE, responde: "El riesgo cero no existe en ninguna actividad. Hay que trabajar para que los planes de emergencia funcionen". Las 147 empresas que suscribieron en 1993 el Compromiso de Progreso de la Industria Química española declaran que ahora invierten cada año en medio ambiente casi el quíntuple que en la década pasada. Erkimia también ha firmado el compromiso. Su presidente, Rafael Loste, subraya: "En cien años que llevamos en el pueblo (Flix), ésta es la vez que más les hemos molestado; y lo que ha pasado es que dos personas han estado hospitalizadas ocho horas". Pero un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona y el departamento de Química Ambiental del CSIC, publicado en 1994 por la Unión Internacional contra el Cáncer, halló una incidencia inusualmente alta de tumores de tiroides y sarcoma en los hombres de Flix.

A la hora de concretar, y aún reconociendo el esfuerzo del sector, los resultados distan mucho de lo mínimamente óptimo. Las industrias del polígono industrial de Huelva han realizado cuantiosas inversiones para mejorar su seguridad y controlar la contaminación. Las cosas han cambiado sustancialmente respecto a 1978, cuando hubo "44 situaciones de atmósfera no admisibles", y tres emergencias totales, según la Junta de Andalucía. Pero prueba de que algo todavía no marcha es que el Gobierno autónomo ha impuesto, desde 1988, multas por 200 millones de pesetas a fábricas del Polo Químico por delito ambienta, informa Luis E. Siles.

La tensa convivencia con el mayor polígono petroquímico de España es el precio que pagan 250.000 habitantes de 14 municipios de Tarragona desde hace más de 25 años por tener una potente industria, con una aportación al PIB de un billón de pesetas anuales, casi el 8% del PIB de Cataluña, y el 1,5% del de toda España, informa Ignasi Soler.

El accidente más temido es la nube tóxica por fuga de gas, ya que su evolución es imposible de controlar y depende de las condiciones meteorológicas. Es lo que pasó hace ahora una semana en Flix, con la suerte de que fue en una fría noche invernal, con la gente en casa.

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