Dimite el jefe del Gobierno polaco por sus supuestos vínculos con el KGB
"Nunca he traicionado a Polonia", aseguró el primer ministro polaco, Jozef Oleksy, después de haber anunciado su dimisión ayer tras haber sido acusado el mes pasado de haber colaborado con el KGB. La decisión de Oleksy se produjo después de que la fiscalía militar abriera una investigación para esclarecer si Oleksy había colaborado con los servicios secretos soviéticos y rusos, tal como sostiene el espionaje polaco. "Mi dimisión no es una capitulación", afirmó Oleksy, quien aseguro ser inocente y reclamó la publicación de todos lo documentos concernientes a su caso.
Según el Ministerio del Interior, que había investigado las actividades de los servicios de espionaje soviéticos y posteriormente rusos en Polonia, Oleksy había mantenido contactos con sus agentes desde 1982 hasta 1995. Andrzej Milczanowski, ministro del Interior hasta el pasado mes de diciembre (colaborador del ex presidente Lech Walesa), señaló que Oleksy fue advertido en septiembre de 1994 de que uno de sus interlocutores era agente del KGB. Según el ex ministro, del Interior Oleksy siguió entrevistándose con el agente ruso. Milczanowski sostuvo que Oleksy habría transmitido al KGB documentos clasificados, entre ellos informes del Interior sobre la seguridad del país.En una dramática intervención televisada, Oleksy recalcó su inocencia: "Dimito porque soy inocente", afirmó tras declarar su disposición a someterse al procedimiento judicial. El primer ministro polaco, que llegó al cargo hace menos de un año, reclamó asimismo que se publiquen todos los documentos relativos a su caso, no sólo aquéllos que habían sido recopilados por los servicios de inteligencia, que según insinuó habían servido como instrumento en manos de la oposición política y, especialmente, del ex presidente Walesa, quien en noviembre pasado perdió las colecciones frente al colega de partido de Oleksy, el socialdemócrata Aleksander Kwasniewski.
"Las cosas no pueden continuar de la misma manera ex clamó Oleksy ante las cámaras asegurando que los servicios secretos polacos habían comprado documentos contra su persona a agentes extranjeros y ahora "los venden a la prensa" para hundir a la izquierda.
En anteriores declaraciones el primer ministro reconoció haber conocido a Vladimir Alganov, ex diplomático ruso y agente del KGB, pero sostuvo que no se trató más que de "una relación amistosa con un vecino del mismo barrio". Oleksy admitió, no obstante, en una entrevista publicada ayer por el semanario Polityka que sus contactos con diplomáticos rusos habían sido una "ímprudencia".
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