Polémica norma sobre admisión escolar selectiva

"El sistema educativo se resquebraja por falta de fondos y ningún método selectivo será capaz de arireglarlo". Así reaccionaba Juliá Hainmond, una madre londinense de cuatro hijos, horas después de que Gillian Shephard, ministra británica de Educación, desvelara sus nuevos planes de admisión escolar en la enseñanza secundaria. Según éstos, todas las escuelas e institutos públicos del país podrán elegir hasta un 15% del alumnado en función de su aptitud. A los directores se les permitirá, además, entrevistar a los padres del candidato antes de dar luz verde a la inscripción. La oposición laborista y la Asociación Nacional de Profesores han acusado ya al Gobierno de favorecer la "selección social".Medir la capacidad general del niño antes de admitirlo puede marcar, realmente, una nueva era educativa.

Shephard espera que los centros ofrezcan sus propias pruebas de admisión para llenar las nuevas plazas que se reservarán. Hasta ahora, un 10% de los alumnos podían ser escogidos por su talento musical, dramático, lingüístico o deportivo pero sólo para escuelas especializadas, o que aspiraban a destacarse en algún campo, sin provocar agravios comparativos. El resto de los admitidos no tenía por qué ser tan especial. "Este nuevo 15% reintroduce el concepto de la selección. Selección por el acento, el tamaño del coche o la casa", ha señalado la Unión de Profesores.

Los docentes creen también que Educación está olvidando las preferencias expresadas por los padres a la hora de escoger un colegio. Todos los centros públicos deben, en la medida de lo posible, asignar la plaza escogida por los progenitores en primera instancia. Pueden negarse cuando éstas se hayan agotado o el candidato demuestre un comportamiento violento o peligroso. "A partir de ahora, las familias no podrán escoger. La frustración será enorme cuando no logren lo que desean", dice la Fundación Nacional para la Investigación Educativa.

Algunos directores han reconocido ya, por contra, que medir la idoneidad del candidato ha mejorado los resultados. generales obtenidos en los exámenes. Y en cuanto un centro adquiere buena fama, le llueven las solicitudes de admisión.