La credibilidad de Renfe
La credibilidad es un bien precioso fácil de perder y difícil de recuperar. Que recuerde si no Renfe, en otro tiempo paradigma de funcionamiento caótico, lo que le costó obtener el crédito del que ahora, con justicia, goza. Por eso esta empresa no puede permitirse deslices como el ocurrido el, pasado jueves 11 de enero, en el que, sin explicación alguna y con los viajeros en el tren, se saltó pura y simplemente el servicio Atocha-Aranjuez de las 7.50, asimilándolo al de las 8.05, que "efectuó su salida" a las 8.08 y, lógicamente, llegó a su destino con 18 minutos de retraso. El revisor tampoco supo dar una explicación razonable a los atónitos viajeros.Los usuarios incorporados al tren como consecuencia del "nuevo estilo Renfe" tenemos muy en cuenta estas indelicadezas.-
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