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Con tapa y sin moscas

Una visitá del Ayuntamiento recorre la historia de las tabernas

Alfonso X pidió en el siglo XIII a los bares que ofrecieran algo de comer a los clientes de las tabernas para que no se emborracharan. La comida se colocó encima del vaso a modo de tapa -y este nombre es el que perdura- para evitar que entrara el polvo y las moscas en la bebida. Cosas como ésta pueden aprenderse en algunas de las visitas guiadas que organiza el Ayuntamiento. La de las tabernas es de las más solicitadas. La cita es a las cinco en Casa Labra. Allí acuden, puntuales, 31 personas. Concha, la guía, comienza su explicación: "Estos locales hacen su aparición en la ciudad en 1085 con Alfonso VI en forma de despachos de vino, que se concentraban en los alrededores de la calle Tabernillas. Eran lugares de encuentro y tertulia que empiezan a degenerar". El grupo visitará sólo cuatro de las casi cien tabernas con que cuenta hoy Madrid, En sus tiempos de mayor esplendor, el siglo XIX, llegó a haber 816.

Desde el momento en que se entra en la taberna, se produce una brecha generacional. Los jóvénes, ocho, pasan directamente a, hacer los honores a los caldos de Labra, sin bacalao frito. El resto, mujeres de mediana edad y un matrimonio, se fijan en el artesonado y la barra de zinc. "Lo que yo no sabía es que el PSOE se había fundado aquí", comenta Mila, un ama de casa, veterana en estas visitas.

El siguiente objetivo de los estudiosos de la barra es Los Gabrieles. "Este nombre", sigue Concha, "proviene de que en el siglo pasado fue un restaurante andaluz, 31 entonces a los garbanzos se les llamaba gabrieles en el sur de España". Una de las viajeras añade. "Yo me acuerdo de que había un guitarrista flamenco". La guía recoge la- sugerencia: "Incluso la mismísmna Lola Flores y El Pescadilla actuaron aquí en los albores de suscarreras artísticlas". Ahora, Los Gabrieles es un bar de copas con música enlatada.

Casa Alberto, la siguiente etapa, es la taberna que despierta más expresiones de admiración por su exquisita decoración original, con techos de madera, su barra de estaño y ónix, su artística cañera y su recoleto restaurante situado al fondo. Las divisiones del grupo se hacen aún más patentes. El último destino es La Dolores. "En sus orígenes funcionaba como restaurante de los cocheros que iban al lujoso hotel Palace. Su especialidad es la cerveza, bebida importada por Carlos V a la que se aficionaron los madrileños de tal forma que llegó a desbancar al vino en los gustos populares".

Tabernas clásicas. Mañana, 19 de enero, a las 17.00, en Casa Labra (Tetuán, 12, metro Sol); para seguir con Los Gabrieles (Echegaray, 17,); Casa Alberto (Huertas, 18); La Dolores (plaza de Jesús, 4). Descubre Madrid, del Ayuntamiento (teléfono 588 29 06 07), organiza 70 visitas con la Fundación Caja de Madrid. A pie, 475 pesetas (375 para menores de 25 años y mayores de 65).

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