La versatilidad pudo con el corazón

Luchó el corazón contra la razón, y al final se impuso aquel que tuvo a lo largo del encuentro mejor criterio y mayores recursos. El Barcelona obtuvo la justa recompensa después de cuarenta intensos minutos debido a su superior empaque, solidez y una mejor adaptación a las circunstancias (miles de faltas personales) que deparó el choque de trenes en que se convirtió el encuentro durante buena parte de su accidentado transcurrir. Además, contó en sus filas con el jugador más determinante del partido, el lituano. Karnishovas, cuyas excelentes maneras sembraron el pánico en las filas madridistas, incapaces durante toda la noche de parar la constante hemorragia producida por un extraordinario jugador llamado a proseguir el camino de alguno de sus ilustres compatriotas en la NBA.El partido se anunciaba como un enfrentamiento entre Karniskovas y Arlaukas, los dos hombres más en forma del baloncesto europeo. Si bien las estadísticas muestran una superioridad productiva del norteamericano, la incidencia y determinación de sus respectivas actuaciones desdicen la fría simplificación de unos números. El lituano fue arte y parte de casi todo, lo que desarrolló su equipo en la cancha, hasta convertirse en un problema irresolu ble para el Madrid. Obradovic lo intentó primero con Abad, opción fallida, y acabó encomendándose a su mejor defensor, Santos, lo que fue incluso peor, pues Karnishovas sacó provecho de su mayor altura. Todo lo aparentemente sencillo que lo hizo el azulgrana fue extrema complicación para Arlauckas. Tardó 12 minutos en anotar su primera canasta, vivió rodeado y sin un palmo para maniobrar. Elevó su anotación únicamente cuando Laso le alimentó a la carrera y, sobre todo, cuando las faltas personales de los hombres altos azulgrana aflojaron un poco el cerco tendido a su alrededor. Privados durante largas fases del encuentro de su mejor bastión, el Madrid no supo a quién encomendarse, a pesar de que sus dos bases, Laso y Antúnez, completaron una buena noche. Ismael Santos es el máximo exponente de este problema hasta la fecha sin resolución, El alero madridista estaba llamado a convertirse en pilar del Madrid de los noventa, pero lleva camino de quedarse en simplemente un gran defensor.

Todo lo contrario ocurre en el Barcelona, donde no tuvieron reparos en arrimar el hombro en tareas anotadoras Jiménez, Galilea, Fernández, Ferrán, Bosch y hasta Dueñas. En un aseado trabajo de equipo llevaron al Barcelona, a dominar el encuentro de principio a fin. Sólo cuando más fácil lo tuvo para dar el golpe de gracia (59-74, minuto 31) se le secaron las ideas, durante cuatro minutos, tiempo aprovechado por el Madrid para discutir un final que parecía ya decidido (71-74, minuto 35). Espejismo que la salida de Galilea y Femández se encargó de fumigar.

El Barça se coloca en privilegiada posición para intentar su enésimo asalto a la Liga Europea. Ayer demostró que tiene todo lo que hace taita para conseguirlo: solidez, templanza, recursos, una gran estrella, tiro exterior, potencia reboteadora y un entrenador que por fin ha colocado sus piezas en los lugares más idóneos.

Más crudo lo tiene el Madrid, expuesto en exceso a sus pívots y tapando agujeros tácticos con un corazón a prueba de bomba.