Fuera de Chechenia

Miles de soldados rusos mantienen cercada a una pequeña banda de guerrilleros chechenos con rehenes en su poder. ( ... ) Cada parte se aferra a posturas irreconciliables y la posibilidad de un choque sangriento es cada vez mayor. En tales circunstancias, una victoria militar carecería de sentido y el mayor precio lo pagarían civiles inocentes. ( ... )Los chechenos, que legítimamente se consideran víctimas de agravios históricos, luchan por su causa con métodos desesperados, crueles y sangrientos. El Gobierno de Borís Yeltsin, al tratar de neutralizar a sus rivales nacionalistas en Moscú, responde a un problema fundamentalmente político con el uso arrollador de la fuerza militar. ( ... )

La mejor solución, con diferencia, sería la de permitir a los guerrilleros el regreso a Chechenia, una vez liberados todos los rehenes. Pero ésta es una salida que se rechaza por parecerse demasiado al acuerdo que el primer ministro, Víktor Chernomirdin, negoció con los autores del primer asalto checheno, el pasado junio, ( ... ) y que los nacionalistas califican de inaceptable y humillante.

No se puede justificar a los secuestradores chechenos o a su jefe, Dzhójar Dudáiev, que está desangrando a su país por una causa sin esperanza. Pero nada obliga a los rusos a imitar su locura y poner en peligro sus propias aspiraciones de democracia y prosperidad, siguiendo adelante con una guerra que no puede ganarse.

15 de enero