Vaya lío
La arrogancia de los socialistas en estos días de precampaña está justificada: saben que han dejado la realidad a medio construir y cuentan con que el electorado lo perciba y se vea obligado a votarles de nuevo para que la terminen de una vez y se la entreguen a su usuario natural, que es sin duda el PP. La inclusión de Barrionuevo en las listas constituye, pues, un mensaje inequívoco: si queréis realidad, tenéis que legitimar todo esto. Cuentan las crónicas que en la agonía de la dictadura un conocido policía franquista le dijo a Felipe González que cuando los socialistas llegaran al poder necesitarían a gente como él. Aquel día empezó a construirse la realidad y seguimos en ello.¿Y por qué no puede darle las últimas puntadas el PP? No es fácil: falta una reforma laboral para agilizar el despido, y hay que entrar en la estructura militar de la OTAN. Seguramente será preciso ajustar el tornillo de las prestaciones sociales, pero hasta para apretar tuercas hace falta la legitimidad moral que da el haber perdido una guerra. Esta derecha no sabe cómo se hace todo eso, y en cualquier caso tampoco se lo toleraríamos. Si se le ocurre a Aznar gritar vivas a la mili, que es lo suyo, no llega entero a marzo. Y si nos enteramos de que Ana Botella se perfuma con Gal para ir de cena, montamos una huelga general.
Total, que el PSOE se presenta a las elecciones Con los planos de una realidad hecha a la medida del PP, aunque inacabada, mientras que el PP sólo tiene las instrucciones de uso de esa realidad que ignora cómo se fabrica. Y el electorado, en medio, sin saber si teme más a los constructores o a los usuarios de este artefacto lleno de cables y euroconectores. ¿Por qué no irse entonces de la realidad? Porque enseguida tropiezas con Anguita, que te riñe por todo. Vaya lío.
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