El 23% de los servicios de cirugía franceses y el 25% de maternidad deberían cerrar

En Francia el 23% de los servicios de cirugía y el 25% de los de maternidad deberían cerrar. Los datos se derivan de un estudio realizado por el CNAM (organismo especializado en técnicas de organización del trabajo) que ha dado a conocer el semanario Le Nouvel Observateur. Las razones que aconsejarían el cierre no son, al menos en primera instancia, económicas sino estrictamente médicas. En efecto, según los baremos del Ministerio de Sanidad, un servicio de maternidad que atienda menos de 450 partos al año es peligroso para la salud de la madre y del futuro recién nacido. Y eso equivale a admitir que de un total de 944 servicios, 292 no cumplen con ese mínimo que garantiza que todo -profesionales y material- está en condiciones de rendir al máximo.Los datos revelados son. aún parciales y no abarcan todas las actividades médicas. Pero han causado un gran impacto en un país que se vanagloria detener más centros de cirugía cardiaca que Estados Unidos, o más centros de trasplantes de órganos que todo el resto de Europa junto. De pronto, los números no quieren decir nada, de ellos no se deriva la calidad, pero si el déficit. Porque no se puede olvidar que Francia gasta en la salud de sus ciudadanos 748.000 millones de francos (18,7 billones de pesetas) al año y que de éstos, 322.000 millones son de gastos hospitalarios.

En cirugía la situación es aún más dramática, porque son 236 los hospitales que realizan menos de 1.000 intervenciones al año y de entre éstos, 74 no alcanzan las 500, cuando el "umbral de seguridad" fijado por. el ministerio es de cuatro por día para la cirugía digestiva más sencilla y de una o dos intervenciones diarías en el caso de cirugía cardíaca. Si la estadística no se detiene en los centros hospitalarios y se interesa por los distintos "bloques operatorios", es decir, por los equipos y quirófanos, entonces se descubre que los profesionales y el material "mal entrenados" son aún más numerosos. Y lo mismo puede decirse de los servicios de urgencias, objeto de análisis de Adolphe Steg para el Conseil Economique et Social: el 20% de los hospitales atiende el 51% de las urgencias mientras que hay otro 20% de centros que sólo se ocupan de un 4,5%.

El actual Gobierno, como los anteriores, sabe que la reforma se impone, pero que ésta topa con intereses políticos y corporativos. Ningún alcalde quiere que cierren la maternidad de su población, aunque el número de partos sea ridículo y a menos de 20 kilómetros haya centros bien equipados y eficaces. Los médicos y los hospitales tampoco ven, con buenos ojos cambios que pongan bajo control sus competencias. La reforma prevista deberá superar tres etapas: 1) Evaluación exacta de la actividad y la calidad de todos los centros hospitalarios. El informe del CNAM es un primer paso; 2) Racionalización y reestructuración del mapa sanitario; 3) Armonización del funcionamiento entre sector público y privado. Éste, en los últimos 10 años, ha conquistado a un 3% más de los enfermos, en detrimento del sector público que, a su vez, ve como en 1992 el 55% de las plazas de cirugía salidas a concurso quedaron desiertas, porcentaje que alcanza el 65% si nos referimos a los anestesistas.