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Una mujer, asesinada a golpes junto al metro de Antón Martín

Araceli Guillén Burón, de 40 años, murió ayer en las escaleras de la boca del metro de Antón Martín. Según la policía, la mujer, que ejercía la prostitución en la plaza de Benavente, fue golpeada hasta la muerte por varios desconocidos. Una mendiga apuntó ayer a la cadena SER que los supuestos agresores eran un grupo de rapados. Sin embargo, la policía indicó que no hay testigos de la agresión.La mujer fue descubierta por un trabajador del suburbano en las escaleras de entrada al metro situadas frente a la calle de Amor de Dios. Eran las 5.30. Pensaron que aún vivía y pidieron auxilio al SAMUR. Cuándo llegaron los médicos la mujer estaba muerta. Según el doctor Morán, del SAMUR, Araceli falleció sobre las 4.30. "Tenía el cráneo destrozado" por los golpes". Una fractura de cráneo fue, según el primer informe de la autopsia, lá causa de su terrible muerte.

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Los agresores golpearon a la víctima y luego tiraron su cuerpo por la barandilla de una boca de metro

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Araceli fue golpeada cuando estaba sentada en la calle. Tras la brutal agresión, la arrojaron por encima de la barandilla de la boca de metro. El cuerpo cayó sobre las escaleras.

Araceli, un mujer morena y de mediana estatura, vestía un jersey blanco y un falda. No llevaba ningún bolso. Los agentes sólo encontraron en sus bolsillos un papel. Se trataba de una copia de la denuncia puesta el día antes en la comisaría de Centro por el robo de su documentación.

La víctima vivía en la calle de Fúcar con su madre y su hijo de 17 años. Tenía otros tres hijos. Según sus vecinas, había perdido la tutela de sus tres chicos por sus problemas con el alcohol. Los niños residen en un centro de la Comunidad de Madrid.

En el barrio de Huertas Araceli era conocida por sus frecuentes borracheras. "En los bares nadie la dejaba entrar hace tiempo por las broncas que armaba", explicó el camarero de una taberna. Sin embargo, un vecino apuntó: "Hace mucho que no se metía en jaleos. Se ganaba la vida como podía y no daba problemas". Otro vecino indicó que Araceli llegó a agredir a su madre, Cirila B., en varias ocasiones. El hijo de Araceli explicó por el portero automático de su casa, en la calle de Fúcar, distrito Centro, que no tenían detalles de la muerte de su madre. "No sabemos cómo ha ocurrido. La policía no nos ha informado de nada", comentó.

Araceli ejercía la prostitución en. la plaza de Benavente desde hace más de 15 años. Allí se pasaba tardes y noches enteras buscando clientes para ganarse algunos duros. "Sí, la conocemos", espetó ayer una de las mujeres recostada sobre un árbol. "Era una chica maja, que no se metía en líos", apuntó. "¿Beber?, bebía como todas, pero de otras drogas nada".

El Colectivo en Defensa de los Derechos de las Prostitutas manifestó ayer en un comunicado de prensa su "rabia y dolor" por la muerte de Araceli. "La estigmatización que hoy en día sufren las prostitutas, especialmente aquellas que tienen menos posibilidades económicas,, hacen de ellas un blanco fácil para muchos agresores", explicó.

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