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Candidatos sin ideologías

Uno es dicharachero e informal. Tiene aspecto de latino jovial y chulesco. El otro es contenido, flemático, frío incluso. Su aire es de anglosajón eficaz y desinfectado. Al primero, Alfonso Portillo, de 44 años, por los frecuentes gallos de su voz. El segundo, Álvaro Arzú, de 49, no da pie para motes. Sus enemigos sólo aciertan a echarle en cara sus ancestros españoles.Sin embargo, estos dos hombres tan dispares, aspirantes ambos a la presidencia de Guatemala, tienen algo en común, además de su título de abogado: carecen de ideología. Según los patrones clásicos, ambos son conservadores: Portillo, del Frente Republicano Guatemalteco, encarna la derecha populista y un poco rancia; Arzú, del Partido de Avanzada Nacional, representa a la derecha moderna con vocación internacional.

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Un conservador y un populista se disputan la presidencia de Guatemala

.Según Arzú, la cuestión de las ideologías está ya superada: él se considera "nacionalista y pragmático". Portillo, que empezó en la izquierda radical, ahora se considera patriota. Los dos propugnan la apertura económica y la reforma fiscal, la atención a la salud y a la educación, la reforma del papel del Ejército y una justicia independiente.

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