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20 años de cárcel para la madre que mató a su hija que le impedía ver vídeos

Mónica García Iglesias ha sido condenada a 20 años de cárcel por la Sala Segunda del Tribunal Supremo por haber matado a su hija Sandra, de diez meses, que, con sus llantos, no le dejaba ver vídeos musicales. En la sentencia del Supremo se considera que en la actuación de la procesada no existió alevosía, por lo que se le rebaja la condena que le impuso la Audiencia Provincial de Oviedo en seis años.Los hechos ocurrieron el 2 de noviembre de 1993, cuando Mónica, que entonces tenía 20 años, se encontraba con su hija Sandra, de 10 meses, en el salón de su casa, en Salías (Asturias), viendo unos vídeos musicales. En un momento dado la pequeña comenzó "a mostrarse impaciente y a llorar con insistencia, ante lo cual Mónica, irritada porque los lloros le impedían escuchar los vídeos musicales, le dio a la niña un fortísimo golpe, con un objeto contundente plano en la cabeza, que determinó su inmediato fallecimiento por fractura de la bóveda craneal y luxación de las vértebras cervicales".

El Supremo cree que no existió alevosía, ya que ésta requiere que "el conocimiento y la voluntad del autor abarquen no sólo el hecho de la muerte, cuando de asesinato o parricidio se trate, sino también la forma de llevarla a cabo", lo que no ocurre en este caso.

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