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Los rusos sacan a Lenin del desván

Los comunistas se convierten por vía democrática en la fuerza más votada

Pilar Bonet

El Partido Comunista (PC), que por primera vez se ha convertido en la fuerza política más importante de Rusia por la vía de unas elecciones democráticas, es por su programa un híbrido de viejos postulados e intentos reformistas, y por sus militantes un conjunto heterogéneo donde caben nostálgicos de la seguridad del pasado, simpatizantes de Stalin y veteranos de la nomenklatura soviética, "purificados" por la pérdida de sus privilegios, la humillación social y hasta la cárcel.Ni por sus tradiciones, como heredero del Partido Comunista de la URSS (PCUS), ni por su programa, aprobado en enero, el partido que dirige Guennadi Ziugánov, puede equipararse a los ex partidos comunistas de Europa del Este, que evolucionaron hacia la socialdemocracia. El PC acepta la propiedad privada (aunque no la propiedad privada de la tierra), la libertad religiosa, el pluripartidismo y el juego parlamentario. Se define como "partido popular" para evitar el dilema entre "partido parlamentario" y "partido de vanguardia" y ha suprimido la consigna proletarios de todo el mundo uníos por no considerarla actual; se proclama marxista y leninista, y, sin distanciarse de Stalin, explica los conflictos del comunismo como la lucha entre dos partidos diferentes que coexistían con un solo nombre. En uno estaba el cosmonauta Yuri Gagarin. En el otro Leon Trotski, Mijaíl Gorbachov y Borís Yeltsin.

La principal característica del PC no está ni en la vuelta a Lenin ni en el deslizamiento hacia la socialdemocracia, sino en la combinación del nacionalismo ruso con el socialismo. Más allá de las palabras, los dirigentes del PC son experimentados funcionarios que se benefician de la inercia organizativa y de la disciplina de los antiguos militantes del PCUS, aunque no de las propiedades de éste, expropiadas tras el golpe de agosto de 1991.

El PC, que tiene medio millón de militantes, se formó en 1990 bajo la égida del PCUS. Fue la obra de un sector de los comunistas rusos que se oponían a las reformas de Mijaíl Gorbachov y querían un partido nacional a semejanza de otras repúblicas soviéticas. El PC consiguió cohesionar los restos más importantes del naufragio comunista, tras el periodo de atomización que siguió a la prohibición del PCUS. Hoy, en el territorio ex soviético, coexisten más de veinte partidos comunistas. En Rusia cuentan solo dos formaciones: el PC y la agrupación Comunistas-Rusia Trabajadora-Por la Unión Soviética, articulada en tomo a Víctor Anpílov, un ortodoxo internacionalista.

El debate teórico discurre en un ámbito interno muy restringido, en parte porque los comunistas no tienen un órgano de difusión estatal propio y en parte porque no les gusta discutir en público. Ante los corresponsales extranjeros, Valentín Kuptsov, que dirige el aparato de la fracción comunista en la Duma Estatal, niega la existencia de corrientes en el partido, aunque entre camaradas reconoce que éstas son uno de los males del PC.Desde la óptica de izquierdas de Alexei Prigarin, que concurría a las elecciones en la lista de Anpílov, el PC tiene una corriente socialdemócrata (Valentín Kuptsov y Borís Slavin), otra de ideología del kulak (campesino rico), donde se coloca Ziugánov, y en tercer lugar los militantes de base que confraternizan con los seguidores de Anpílov.

A pesar de que Prigarin califica a Slavin de socialdemócrata, éste en la revista Alternativas ha publicado una carta abierta en la que critica a Ziugánov por renunciar a la "lucha de clases", al "ateísmo militante" y al "internacionalismo proletario" y le acusa de reemplazar estos conceptos con "patriotismo estatal". Slavin, lamenta que la oposición de Ziugánov al régimen no se traduce en conclusiones prácticas.

En la derecha del PC está el empresario VIadímir Esemago, entre cuyos negocios hay fábricas madereras, una empresa de construcción en Chipre, un club y un restaurante en Moscú. Esemago dice que ser empresario y comunista era "una posición moral" para él. "Soy uno de los pioneros del movimiento cooperativo y creo que la privatización tendría que haber ido por ese camino".

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El programa mínimo del PC contempla la denuncia del acuerdo de Minsk, que selló el fin de la URSS en 1991, y el restablecimiento por etapas de un Estado único. El Partido Comunista mantiene contactos con los partidos comunistas de las repúblicas ex soviéticas, aunque algunos, como los de Lituania y Letonia, tengan a sus líderes en la clandestinidad o presos.

La relación con los partidos comunistas ex soviéticos es parte del mecanismo para restaurar la URSS. "Vamos a concertar acciones para denunciar el acuerdo de Minsk", señalaba Kuptsov. Este mes, delegados de 19 organizaciones participaron en, un pleno del consejo de la Unión de Partidos Comunistas-PCUS, que dirige Oleg Shenin. El pleno propuso un plebiscito para averiguar si la población de las repúblicas ex soviéticas está a favor de. anular el acuerdo de Minsk y de restaurar la URSS.

La victoria comunista ha creado una dinámica retro. Mientras, los analistas se familiarizan de nuevo con las estructuras del Comité Central, los funcionarios de provincias se reorientan hacia los vencedores, y en algunos desvanes se ha comenzado a desempolvar el busto de Lenin.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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