Claro triunfo de los comunistas en la Duma

El Partido Comunista de Rusia, considerado el favorito para las elecciones a la Duma Estatal de Rusia, confirmaba esta madrugada su supremacía con los primeros datos parciales, que indicaban un claro ascenso de la formación dirigida por Guennadi Ziugánov con respecto a los comicios de 1993. Los comunistas habían duplicado los votos obtenidos hace dos años, cuando ya se llevaban contadas una treintena de regiones, de las 89 que tiene Rusia. Cualesquiera que sean los resultados, el presidente de Rusia, Borís Yeltsin, anunció ayer que quiere mantener a Víktor Chernomirdin como jefe del Gobierno y que no dará marcha atrás en la reforma económica, aunque está dispuesto a algunos cambios en el Gabinete.

Las elecciones a la Duma Estatal (cámara baja) contaron con una elevada participación: cerca del 60%, lo que supera a la consulta de de 1 993, cuando votó el 54% del censo. La Duma, que tiene un mandato de cuatro años, está formada por 450 diputados, la mitad de los cuales se eligen por sistema proporcional en lista de circunscripción estatal única, y la otra mitad por sistema mayoritario de una sola vuelta en circunscripciones regionales uninominales.Los colegios estuvieron abiertos desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche en este enorme país de 11 husos horarios, que se extiende desde la península de Chukotka, en el Extremo Oriente, hasta Kaliningrado. En total, 105 millones de personas habían sido convocados a las urnas para elegir la sexta Duma Estatal de Rusia; de las cinco anteriores, cuatro existieron entre 1906 y la Revolución Bolchevique de 1917, y la quinta desde 1993 hasta este mes de diciembre.

Zhirinovski, segundo

Los resultados, correspondientes a 29 provincias del Este y Centro del país, indicaban que el Partido Comunista es el vencedor indiscutible, con el, 26% de los votos, seguido del Partido Liberal Democrático que lidera el ultranacionalista VIadírnir Zhirinovski, con el 15%.Tras estas dos formaciones destacadas del pelotón figuraban Mujeres de Rusia y Nuestra Casa es Rusia, con casi el 6% cada una, y Yábloko con el 5,2%.

El recuento preliminar arrojaba dos Sorpresas: El bloque comunista ortodoxo de Víktor Anpílov se acercaba al 5% con lo que, de mantenerse esta tendencia, podría hacer todavía más impresionante el éxito comunista, que en la región minera de Kuzbás alcanzo su record, según los datos preliminares, al lograr el respaldo de un 63% de votantes. Por otra parte, el Partido de la Autogestión de los Trabajadores, del cirujano ocular Sviatoslav Fiódorov, también rondaba la barrera crítica.

En Moscú, los sectores reformistas habían registrado un 15% de votos menos que en 1993, cuando superaron el 50%. Nuestra Casa es Rusia, que ha inundado la ciudad de propaganda, encabezaba la clasificación en Moscú con un 18% de los sufragios, seguida, del Partido Comunista con un 14%, y Yábloko, con un 11%. Las autoridades rusas estaban muy preocupadas por la posibilidad de que los independentistas chechenos pudieran perpetrar un acto terrorista en Moscú, como pudo comprobar esta corresponsal en el colegio donde votaron los principales dirigentes del país y en una comisaría de policía, donde se había extremado la vigilancia y reforzado los efectivos con los servicios de ciudadanos voluntarios como en la época soviética.

Ante una representación de la prensa rusa cuidadosamente seleccioniada, Yeltsin dijo estar a favor de que Chernomirdin dirija de nuevo Gobierno, pero admitió la posibilidad de hacer cambios ministeriales en el Gabinete, dependiendo del resultado de las elecciones, e incluso de nombrar otro primer ministro siempre y cuando Chernomirdin lo considerara necesario en interés de Rusia y estuviera de acuerdo en ello. Según la Constitución, el jefe del Estado es el encargado de designar al primer ministro y puede desdeñar los resultados de las elecciones. La Duma Estatal tiene poderes muy limitados, entre los que se cuenta sin embargo el voto de censura al Gabinete.

Lébed, por méritos propios

Al margen de los resultados de los partidos, algunos políticos obtuvieron un escaño por méritos propios en las circunscripciones mayoritarias uninominales. Este era el caso del popular general Alexandr Lébed, que iba en cabeza, con gran distancia respecto a todos sus adversarios en la provincia industrial de Tula. De esta forma, el oficial compensaba el eclipsamiento del que ha sido víctima en la mala estrategia electoral del Congreso de las CoImunidades Rusas, que, según los datos dispónibles anoche, no pasaba la barrera del 5%. Los resultados de los distritos uninominales pueden corregir las tendencias que se revelen en la votación de listas y también permitirán a los personajes famosos entrar en el Parlamento con independencia de lo que hayan hecho sus respectivas formaciones.