¿La solución o el problema?

En ninguna reunión de la ejecutiva federal se ha hablado del candidato a la presidencia del Gobierno. Felipe González no ha querido. A estas alturas, no obstante, no hay nadie en ese órgano de dirección del PSOE que no sepa las razones por las cuales el líder socialista había decidido no presentarse.El boca a boca ha funcionado y, por vía directa o indirecta, ha llegado a todos la tesis de González de que en estos momentos es "más problema que solución" para su partido. Pues bien, los ejecutivos están dispuestos a rebatirle con vehemencia esa idea. El es la solución, y cualquier otra opción constituiría un problema, según la versión de los dirigentes del PSOE.

Antes del verano, el grado de rechazo que González suscitaba en el electorado no socialista era muy alto, según reflejaban todas las encuestas. Esto era una novedad, porque durante muchos años el líder socialista no producía rechazo entre quienes no le votaban. Las fuentes consultadas citan estudios de opinión encargados por el propio partido según los cuales desde el mes de octubre la tendencia ha cambiado y el prestigio de González iba subiendo notablemente, y en esa situación al alza se encuentra en estos momentos.

En todo caso, la ejecutiva de hoy nada se parecerá a la que tenía prevista González hasta hace tres semanas. Si no se hubiera cruzado la OTAN en el camino de los socialistas, Javier Solana habría salido como candidato a la presidencia del Gobierno.