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Celebración a cinco grados bajo cero

El Numancia, de Segunda B, presume de apartar a dos 'primeras' de la Copa

F. P / J. M.Soria no tenía historia futbolística. Tal vez por eso el equipo de la ciudad acogió el nombre de las ruinas que descansan siete kilómetros a su norte, Numancia, y que sí encierran un montón de epopeyas. 50 años justos después de su fundación, este modesto club de Segunda B se ha decidido a estrenar su palmarés. La Copa del Rey ya conoce dos víctimas ilustres suyas: la Real Sociedad y el Racing de Santander. No ha podido encontrar mejor forma de celebrar su cincuentenario.

La noche del pasado miércoles todo el mundo, aficionados al fútbol o no, estuvieron atentos a las emisoras locales de radio. Cuando terminó el encuentro ante el Racing, conocido el gol de Barbarín que clasificaba al Numancia, la ciudad entera fue un griterío de alegría. Los más valientes, y fueron muchos, se echaron a la calle desafiando al frío y a una temperatura de tres grados bajo cero. El sonar del claxon de los coches se escuchó durante bastante tiempo.

El equipo, mientras, festejaba en Santander la hazaña hasta la una de la madrugada del miércoles. Y no inició su regreso hasta las doce de ayer. Llegó a Soria siete horas después. Allí, 500 personas le recibieron al grito de campeones, en una gélida tarde con el termómetro marcando cinco grados bajo cero. Banderas y bufandas con los colores del club (rojo y azul) ondearon al viento en el momento de la llegada de los jugadores. Guiados desde el banquillo por Miguel Ángel Lotina, un conocido ex futbolista, un mítico jugador del Logroñés, la plantilla soriana ha logrado convertir en realidad uno de los tópicos que más circulan por las hemerotecas futbolísticas: hablar de una defensa numantina ha dejado ya de ser una simple metáfora. Y de ello presume con orgullo Francisco Rubio, un promotor-constructor de 38 años que accedió a la presidencia de la entidad liderando un grupo de empresarios de la zona hace tres temporadas, justo cuando el Numancia estaba al borde de la desaparición. "Podemos alardear", dice con orgullo, "de ser un equipo más defensivo que ofensivo".

Los aficionados más veteranos se remontan a 1949 para señalar el momento más importante del equipo. Ocurría que el Numancia debía jugarse la permanencia en Segunda División con el Racing de Santander, pero perdió. El pasado miércoles llegó la hora del desquite: el Numancia escribió la página más luminosa de su currículo precisamente ante el Racing. Un gol de Barbarín en El Sardinero apeó de la Copa del Rey al conjunto cántabro. Una semanas antes, la víctima fue la Real Sociedad, aunque esta vez el héroe fue el guardameta Laureano Echevarría, un torrelaveguense que se exhibió en la tanda de penaltis.

El Numancia, con un presupuesto actual de 108 millones de pesetas (ocho los pone el Ayuntamiento y dos y medio la diputación) y una masa social de 1.300 aficionados, lleva dos años rozando el ascenso a Segunda. Ambas veces cayó en la fase final. A diferencia de otros equipos de la categoría, todos los jugadores de la plantilla viven de lo que ganan con el fútbol (la ficha más alta asciende a cuatro millones y medio de pesetas). Soria (35.000 habitantes) no es una ciudad que ofrezca alternativas académicas o laborales que compaginar con las tareas deportivas. "Es una desventaja", se lamenta el presidente.

Ahora, para los octavos de final, los aficionados han pronunciado un deseo: que les toque el Madrid. El presidente prefiere al Atlético.

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