El Gobierno francés acepta negociar con los mineros tras una batalla campal con 29 heridos
La revuelta social que, desde hace dos semanas, ha puesto a Francia al borde del caos tuvo ayer su expresión más violenta en Merlebach, una población fronteriza con Luxemburgo en la que una espectacular batalla callejera se saldó con 28 mineros y un policía heridos. Poco después, el Gobierno autorizaba a la empresa minera estatal a negociar aumentos salariales y condiciones de jubilación, en lo que supone una fractura de la rigidez mostrada hasta ahora por el primer ministro, Alain Juppé.La oleada de huelgas, fundamentalmente del sector público, que sacude al país no tiene trazas de remitir. Jean Mattéoli, flamante mediador, se reunió ayer con los ferroviarios con escasas garantías de éxito. La próxima jornada de protesta está convocada para el martes.
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