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La privatización de empresas enfrenta a la banca de Rusia

Pilar Bonet

La privatización acelerada de algunas de las principales empresas estratégicas de Rusia, incluidas gigantescas petroleras, ha enfrentado entre sí a varios importantes bancos de este país, que compiten por los sustanciosos paquetes de acciones que el Gobierno ruso está sacando a subasta a tenor de un decreto del presidente Borís Yeltsin. Con estas ventas el Ejecutivo, que dirige Víktor Chernomirdin, trata de obtener recursos para reducir el déficit presupuestario y saldar las deudas con el electorado antes de las elecciones parlamentarias del 17 de diciembre.El 78% de las acciones de la firma petrolera Iukos, considerada la segunda del sector, fueron a parar ayer a manos del Banco Menatep como resultado conjunto de una subasta y un concurso en los que se adjudicaron sendos paquete del 45% y un 33% de las acciones de esta compañía creada en 1993. El primer paquete constituye la "fianza" entregada por el Gobierno ruso a Menatep a cambio de un crédito de 159 millones de dólares. El segundo paquete de lukos fue entregado a Menatep, un banco próximo al Gobierno, a cambio de un plan de inversión de algo más de 150 millones de dólares en la empresa petrolera y la financiación de proyectos por valor de 200 millones de dólares.

Menatep, cuyo vicepresidente, Konstantin Kagalovski, fue el representante oficial de Rusia en el Fondo Monetario Internacional, intervenía en la subasta con dos pujas diferentes, en nombre de dos sociedades anónimas de distinto nombre y mismo domicilio social -Laguna, la ganadora, y Reagent-. El motivo para presentar dos pujas diferenciadas era la creación formal de una competencia, tal como exigían las reglas del concurso y de la subasta.

El único adversario real de Menatep, formado por los bancos Rossiski Kredit, Inkombank y Alfa Bank, que concursaban tras la sociedad de accionistas Babalevskoe, fue eliminado por no efectuar un depósito previo de 350 millones de dólares en el Banco Central de Rusia.

La venta del paquete de control en la empresa lukos forma parte de un plan especial de privatización iniciado tras el decreto firmado por Yeltsin el 31 de agosto pasado. Este plan, que inicialmente contemplaba 29 empresas, es considerado ilegal por el Comité de Privatización de la Duma Estatal (la cámara baja del Parlamento), cuyo presidente, Serguéi Burkov, ha pedido a Yeltsin que anule su decreto.

El líder ruso ha añadido algunas empresas más a la lista inicialmente publicada, pero ha anulado ocho subastas, entre ellas las de cuatro empresas de aviación, una de las más importantes navieras del país, un combinado metalúrgico, una empresa de comercio de uranio y el puerto comercial de Murmansk.

El Gobierno se ha desprendido ya de importantes paquetes en empresas como la petrolera siberiana SurgutriefIgaz, o Lukoil (un paquete del 5% de las acciones en esta compañía fue vendido esta semana al banco Imperial por algo más de 35 millones de dólares), donde hasta hace poco trabajaba el actual ministro de finanzas, Serguéi Dubinin.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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