Partidos con vocación de perdedores
La gran mayoría de las 43 agrupaciones que compiten en las elecciones rusas están condenados al fracaso
La gran mayoría de las 43 agrupaciones que compiten en las elecciones parlamentarias rusas del próximo día 17 están condenadas al fracaso, ya que no tienen posibilidad alguna de pasar el listón del 5% que exige la ley para poder estar representados en la Duma Estatal o Cámara baja. Pero entre las varias decenas de grupos que serán derrotados hay algunos con franca vocación de perdedores, como es el partido Unión Popular (UP), formado precisamente por perdedores, por la gente que cayó víctima de los numerosos fondos de inversión fraudulentos que surgieron como setas en 1992 y 1993.Este partido de timados dice confiar en los 40 millones de personas que invirtieron dinero en fondos -como el tristemente famoso MMM-, la mayoría de los cuales quebró en 1994, precisamente el año en que se fundó Unión Popular. Los líderes de UP afirman tener en su haber dos importantes victo rias en su corta vida. La primera es que lograron que la sociedad comprendiera que quienes pusieron su dinero en los fondos fraudulentos no era gente con mentalidad parasitaria, que lo sucedido es una tragedia nacional. Y la segunda, que el presidente Borís Yeltsin firma ra el mes pasado un decreto por el que se creó un fondo especial con el fin de devolver a los engañados el dinero que perdieron.
Si hay personas que aprovechan la tragedia de otros para tratar de entrar en la política y se toman su papel muy en serio, hay otros que prefieren las bromas. Es el caso del Partido de los Aficionados a la Cerveza (PAC), que presenta a las elecciones una lista federal de 95 personas más 11 candidatos en las circunscripciones de sistema mayoritario bajo los lemas de "La cerveza une" y "¡Vivamos como amigos!". Este partido, que acusa de ser "piezas del sistema burocrático" a todos los otros, cree que vence aquel a quien no se toma en serio y por eso trata de hacer reír.
Anteayer, el PAC ruso realizó una acción conjunta con sus colegas ucranios: borrar con cerveza un metro de la frontera entre ambos países. Hace poco otorgaron el premio Manitas Sucias a Pável Gúsev, director de Moskovski Komsomólets: una caja de jabón y otra de detergente para "darle más brillo". Gúsev mereció semejante distinción debido a que dos periodistas de este popular diario querían cobrar al PAC 5.000 dólares (unas 600.000 pesetas) por un artículo a favor de sus candidatos.
Pasado mañana, el PAC organiza una gran fiesta en la Casa Central de los Periodistas, a la que invitan a cerveza a los líderes de los 43 bloques que compiten en estas elecciones. Con ello demuestra con hechos concretos que son el único partido que desea ser amigo de todos".
Entre las numerosas aves raras de la campaña electoral rusa destaca Dzhuna Davitashvili, la médium más famosa de la ex URSS y de la Rusia actual. Con su percepción extrasensorial atendió al líder soviético Leonid Bréznev en sus últimos años y a otras altas figuras del Kremlin. De curandera del máximo dirigente del imperio comunista, Dzhuna pasó a ser una activa empresaria y personalidad pública en los años de la perestroika y después de desintegrada la URSS. Tiene un floreciente centro educativo al que acuden aquellas personas que creen tener poderes extrasensoriales y se ha convertido en pintora y en poetisa. Ahora ha decidido entrar en la política, para lo cual ha formado un bloque integrado por una serie de dostoievskianos humillados y ofendidos, como el Partido de Defensa de los Jubilados, el de la Eliminación de la Criminalidad, el de Defensa de la Medicina, la Educación, la Ciencia y la Cultura, el de la Justicia y otros grupúsculos por el estilo.
Entre los 43 grupos que reunieron las 200.000 firmas exigidas para poder disputar las elecciones figuran algunos de esencia contradictoria, como el bloque Sindicatos e Industriales de Rusia: Unión del Trabajo, que trata de conciliar a empleados y patrones, y otros de estrecho carácter gremial cómo la Unión de Trabajadores de Servicios Comunales.
Esta abundante oferta sin ningún futuro muestra por lo menos dos cosas: la inmadurez del sistema político ruso y seguramente el interés de algunos grupos de financiar a perdedores con el fin de quitar votos a otros bloques.
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