Solana pilotará una OTAN abierta al Este y garante de la paz en Bosnia

Javier Solana fue confírmado ayer por los ministros de Exteriores aliados como nuevo secretario general de la OTAN. Le toca pilotar la organización de defensa occidental cuando ésta se enfrenta a retos de importancia histórica como la ampliación a antiguos enemigos del Este y la vigilancia policial sobre el terreno del acuerdo de paz para Bosnia. El todavía jefe de la diplomacia española seguirá en este puesto hasta la cumbre europea de Madrid, que se celebrará los días 15 y el 16 de este mes. Pocos días después tomará posesión en Bruselas de su nuevo cargo.

Solana no quiso pronunciarse sobre la eventual participación de España en la estructura militar integrada de la Alianza y se limitó a señalar que la medida, "si se produce, será una decisión del Gobierno". Cuando se le echó en cara su pasado antiatlantista, aludió a una época marcada por un aislacionismo "que ya está superado" y dijo que tiene el "honor", junto a Felipe González, de haber participado en un referéndum precisamente para mantener a España en la OTAN. "Cuando Estados Unidos y Europa han trabajado juntos es cuando se han obtenido los mejores resultados; es una buena lección para aprender", señaló Solana, en una expresión que dejaba traslucir la doble obediencia que muy probablemente regirá su gestión.La jornada de ayer marcó también la integración plena de Francia a la OTAN. Su ministro de Asuntos Exteriores, Hervé de Charette, confirmó la información, filtrada la noche anterior. Francia vuelve al Comité Militar y su titular de Defensa participará en las reuniones ministeriales y otras aún por definir.

La decisión francesa pone fin a un cierto aislamiento decidido por Charles de Gaulle en 1966. Pero no se regresa "a la antigua OTAN", sino que se entra "en una nueva Alianza, que ahora está en desarrollo y que tendrá nuevas misiones" una vez que ya no se trata de bloque contra bloque".