El fiscal afirma que la trama de las escuchas Barcelona utilizó el Cesid para sus intereses

Para el fiscal José María Mena, lo que han hecho algunos de los acusados por las escuchas ilegales de Barcelona ha sido medrar a costa de otros. Eso dijo ayer en el último día del juicio al referirse a Miguel Ruiz, El Lobo, colaborador del Cesid; al coronel de los servicios de espionaje Fernando Rodríguez, y a otro colaborador del centro, Manuel María Sánchez. "Son personajes que están medrando a costa del Cesid. Se escudan en él. Se han presentado como miembros del Cesid para sus intereses particulares", afirmó. Momentos antes, el editor de La Vanguardia, Javier Godó, y su secretaria, Gemma Guillén, abandonaron el banquillo después de que la acusación de Manuel Martín Ferrand retirase los cargos de seguimiento.

Mena, en un informe no exento de pinceladas irónicas, inició su exposición con una explicación de las causas que le habían llevado a retirar los cargos -de escuchas ilegales y falsedad en documento- contra el editor Godó y su secretaria: "No sería bueno que pareciera que la primera posición del fiscal [la sostenida al acusarles a ambos] se achacara a la frivolidad o a la falta de reflexión". Mena apuntó, en ese sentido, que la acusación del fiscal contra ambos se derivó de la inculpación hecha por El Lobo y otros acusados. Al ser detenido, Miguel Ruiz, entre otros de los 14 acusados, sostuvo que los pinchazos fueron ordenados por el editor. "Entonces, no tenía otra posibilidad que acusarles", apuntó Mena. En el juicio, tanto El Lobo como el coronel se negaron a reconocer como verdaderas las versiones anteriores alegando que sufrieron coacciones.En su informe, el fiscal apuntó que la trama se aprovechó de su vinculación con el Cesid para realizar extorsiones y obtener beneficio. Mena subrayó que tanto El Lobo como el coronel hicieron lo mismo con Godó: "Utilizaron a quien les daba de comer. Fue una torpe y burda explotación". Y recordó que Rodríguez, además, obtuvo 37 millones del editor en un pleito laboral entablado a raíz de su despido.

En relación con los otros cargos formulados contra el mando militar por sustraer documentos del Cesid y faltar al juramento al abandonar el centro, Mena subrayó: "Fue Manglano [el ex director del Cesid] quien ha sentado en el banquillo al coronel cuando descubrió que había faltado a la verdad". Rodríguez fue definido por Mena como un profesional "de la ambigüedad y de la ocultación".

Al hablar de Miguel Ruiz, el fiscal dijo que el "mítico personaje para la defensa es un ser humano con debilidades". Para Mena, una cosa es el servicio que en su día pudo hacer El Lobo al Cesid y otra, muy distinta, montar una red de escuchas para extorsionar a las víctimas: "Todos sabemos que los colaboradores, en general, son gente que están muy cerca de los delincuentes. Nunca sabemos si están a un lado de la raya o van dando saltos de un lado a otro". Añadió, tanto en referencia a El Lobo como al coronel, que, aunque puedan haber sido íntegros mientras estaban al servicio del Cesid, "luego se han pasado a la privada".

El fiscal pidió al tribunal una sentencia condenatoria porque entiende que, pese a que los acusados han negado ser los autores de los pinchazos, hay múltiples datos indirectos que demuestran su culpabilidad. Mena se refirió a que los inculpados han "mentido frontalmente" y "se han reído de nosotros" con explicaciones imposibles.