Lopera gana a Gil a los puntos

El 'caso Roberto Ríos' ha aireado las desavenencias entre Manuel Ruiz de Lopera y Jesús Gil, patrones del Betis y del Atlético. Lopera llevaba siete meses intentando desagraviar una ofensa de Gil. Por ahora gana a los puntos, pese haber arriesgado la carrera de uno de sus jugadores más prometedores: Roberto Ríos, de 24 años.En abril, en el último Betis-Atlétilco (2-0), Gil abandonó el Villamarín con cajas destempladas. Le prohibieron la entrada al palco al presentarse con una cohorte de acompañantes. Decidió entonces regresar al hotel para ver el partido por televisión. Pero antes bajó al vestuario del Betis y dejó una perla: "Aquí huele mal", dijo a sus jugadores.

EI numerito dio paso a un periodo de calma tensa. Gil y Lopera no se han llevado bien desde entonces, aunque tampoco lo demostraran abiertamente hasta que el dueño del Atlético, se interesó por Ríos, quien convalece de una múltiple fractura de su húmero derecho. Gil ofreció, antes de dirigirse al Betis, un contrato al jugador. El Atlético quería incorporarlo este mismo diciembre. Y, al parecer, el chico andaba ilusionado con dejar el Betis.

Cuando Lopera conoció las conversaciones entre Gil y Ríos montó en cólera. Su primera decisión fue apartar al jugador de los entrenamientos con el equipo, cosa que venía haciendo con normalidad y sin aparente riesgo desde finales de septiembre, y amenazar con retirar la ficha del centrocampista en diciembre. Un sospechoso informe médico aconsejaba que Roberto Ríos se arriesgaba en exceso.

En el fondo estaba el interés de Lopera por atar a Ríos de por vida, lo cual ya ha conseguido: Ríos acaba de comprometerse con el Betis hasta el año 2004. Mañana regresará a los entrenamientos con sus compañeros. A Gil le queda el consuelo de haber encarecido un contrato, aunque se le ha escapado un futbolista por el que estaba dispuesto a pagar 350 millones.