Los árbitros recibirán hoy un "tirón de orejas" tras acabar el primer tercio de la Liga
"A veces no se sabe quién tira el penalti". Es uno de los reproches que los árbitros van a recibir hoy de su presidente, Victoriano Sánchez Arminio. Utiliza esta imagen para quejarse de algunas de las pifias de colegiados al reglamento al permitir que uno o más jugadores penetren en el área antes de ejecutarse la pena máxima. Alcanzado el primer tercio de la Liga, los árbitros de Primera y Segunda División van a recibir un repaso, un cariñoso "tirón de orejas". Hoy han sido citados en un hotel madrileño para una jornada de reflexión. Habrá énfasis en un aspecto muy particular: la forma de mostrar las tarjetas. "No debe hacerse con chulería" recomendará el presidente.
"Penaltis, barreras, tarjetas, redacción de actas...". Victoriano Sánchez Arminio va a pasar lista a la labor. arbitral en el terreno, de juego. Los apuntes del presidente de los abitros comprenden varios fólios. Cuenta con suficiente material para "tirar de las orejas" a más de un colegiado."Las áreas registran toda una invasión antes de que se ejecute un penalti". "Las barreras se mueven impunemente antes de lanzarse las faltas". "Algunos campos [San Mamés, con motivo del partido Athletic-Alavés, de Segunda División] no han podido ser clausurados por defectos de forma. El árbitro se ha olvidado aportar el parte médico de su agresión" La relación de reproches de Sánchez Arminio parece más completa que otras temporadas.
Las tarjetas es uno de los capítulos más extensos, pero no precisamente por su cantidad, que progresa temporada tras temporada. El estilo con que algunos árbitros muestran las cartulinas es el aspecto que más preocupa a su presidente. En su memoria permanece aún la expulsión del entrenador del Barcelona, Johan Cruyff, por el internacional asturiano Díaz Vega, que prácticamente le colocó la tarjeta en las narices. La cartulina le supuso a Cruyff cinco partidos de suspensión y 500.000 pesetas de multa.
Expedientes y 'nevera'
El vídeo va a ser el juez inapelable de otros jueces, los propios árbitros. "Autocrítica" es el título que Sánchez Arminio concede a la cita, en las que los aciertos contrarrestarán los errores. El presidente descarta el error arbitral en las jugadas filmadas. "No hay fallo del colegiado, sino que éste no estuvo en el sitio adecuado", es su justificación. "El vídeo sirve para corregir", es la conclusión de Sánchez Arminio.
Más de un árbitro ha sido sancionado por errores en sus actas, incluso por reincidir en ellos cuando se les ha pedido rectificación. Basta preguntarle al internacional canario Brito Arceo. En la primera jornada equivocó la amonestación a un jugador del Rayo, Cortijo, que debió abandonar el terreno de juego al tratarse de la segunda cartulina. Pretendió enmendar el fallo y también erró en su nuevo destinatario. No hubo otra sulución que sancionarle.
Rubio Valdivieso, otro internacional, reparece este domingo después de dos meses congelado en la nevera, término con el que, en la jerga arbitral, se conoce a los colegiados que son sancionados. El árbitro internacional anuló un gol en el partido Sporting-Racing, en la tercera jornada de Liga, al estimar que no había entrado en la portería porque el balón superó la red.
No ha sido el único árbitro expedientado en la temporada. El murciano Gómez López, concejal del PP en el Ayuntamiento de Cartagena, se puede considerar un asiduo visitante de la nevera en los últimos años. Esta temporada estuvo cinco jornadas seguidas sin arbitrar. Su pecado fue mostrar la segunda tarjeta al jugador ruso del Mérida Pogodin y permitir que continuara dos minutos, los que restaban para llegar al descanso. En los vestuarios conoció la pifia.
Dos jornadas seguidas sin arbitrar son todo un síntoma de congelación, a no ser que esté lesionado, como Marín López. La norma es arbitrar una jornada sí y otra no, debido al número de la plantilla: 24 colegiados.
El paso por la nevera representa, además, una carga económica. Los árbitros cobran un fijo de 2.000.000 de pesetas, repartidas a partes Iguales en 10 meses. Cada encuentro dirigido le supone a cada árbitro 110.000 pesetas limpias. Tienen pagados todos los gastos de viaje y estancia.
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