El Sevilla suma su tercera victoria consecutiva
Un gol de Davor Suker acaba con el cerrojo del Rayo Vallecano
"Suker es San Nektario disfrazado" decía una pancarta. No hay más secreto en el actual Sevilla. Aunque ayer fuera de rebote, el croata es el único hombre-gol del equipo andaluz. El Sevilla sumó su tercera victoria consecutiva, la cuarta del campeonato, con un nuevo gol del delantero de Osijek.El Rayo, cuyos jugadores menospreciaron en la víspera al santo griego que adora el Sánchez Pizjuán, sucumbió ante la estrella sevillista. Suker apareció poco, pero fue, con el santo de cara, el único capaz de doblegar a Wilfred y a su nutrida defensa. La jugada, como en el colegio. Al tercer córner, gol. Tevenet, recién incorporado, sirvió un centro-chut tras el tercer saque de esquina para que el croata con la cadera sumara el gol del triunfo.
El partido se había autotitulado como el de. la confirmación sevillista. La victoria así lo acredita, aunque con matices. Tras las victorias frente al Mérida y al Zaragoza, y el buen tono exhibido ante en Barcelona el martes europeo, el Sevilla de ayer evidenció aún carencias.
Robar el balón
El Rayo no dejó tantos espacios como el Barcelona, pero si supo quitarle el control del balón durante muchos minutos. Los de Marcos Alonso se cerraban con ahínco para tapar cualquier conexión de ataque sevillista, y su rival le facilitó las cosas optando por bombear balones para intentar la superioridad aérea. Con dos marcajes individuales a Suker (De Quintana) y a Carlos (Cota), el equipo de Vallecas maniató a los sevillistas, incapaces de conectar con sus delanteros.
El primer periodo no deparó ni buen fútbol ni grandes ocasiones. Fue gris y frío como la tarde sevillana de ayer. Y es que el Rayo, también ha aprendido jugar al rombo, que parece de moda. A los equipos que lo practican, sobre todo fuera de casa, les otorga prestancia. Todos sus jugadores parecen tener toque y técnica. Incluso desconciertan a la parroquia rival, que ve cómo sus jugadores persiguen sin acierto el balón.
Pero jugar al rombo sin vértice superior, encarando a la meta, sólo puede facilitar el empate. El Rayo apostó por ello, y se fue a Vallecas de vacío. Al Sevilla le faltaron las ocasiones y la fluidez en los desplazamientos que le sobraron el martes uefo. En la primera parte, sólo un fallo de Wilfred en uno de los balones aéreos propició una jugada en la que Cota sacó de la línea de gol el disparo de Suker. El balance rayista: una falta lejana de Aquino que detuvo Unzué sin complicaciones.
En la segunda sólo el gol. El Sevilla pudo desnivelar al comienzo, pero Suker aún no había conectado con su protector celestial. El Rayo también tuvo las suyas. Fueron dos. Unzué (m. 60) le paró un remate a bocajarro a Ezequiel Castillo, y más tarde ganó el mano a mano con que le retó Guilherme, que se aprovechó de su brazo para desbordar a la defensa. Calderón, en una cesión de cabeza ante la salida de Wilfred, tambien estuvo a punto de adelantar el desenlace a favor de los sevillistas.
El gol llegó cuando los miedos ya aparecían por el estadio. Suker volvió a ser decisivo, aunque su gol fuera un poco de churro. El triunfo mantiene la racha, sevillista ante la visita al Bemabéu. Allí, además del croata de Osijek, puede debutar su compatriota, Josko Jelici, el nuevo fichaje sevillista, ayer en el palco.
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