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FÚTBOL DECIMOCUARTA JORNADA DE LIGA

Un líder con puntería

El Atlético fue certero ante un Oviedo que comenzó fuerte, pero acabó decayendo

Santiago Segurola

Por encima de cualquier otra razón futbolística, la puntería dio la victoria al Atlético de Madrid, que retoma la punta de la clasificación. La hinchada celebró eufórica la ocasión y nadie reparó en el discreto partido del equipo. Sólo se vio fútbol bueno en el tramo final, cuando el triunfo estaba amarrado y el Oviedo ofrecía signos de decaimiento. El Oviedo tuvo el partido a tiro en los primeros minutos y cobró tantas oportunidades como el Atlético, pero le faltó contundencia y un poco de ánimo.El Atlético vivió el primer cuarto de hora de manera aprensiva. Estaba afectado por la derrota del Bernabéu, o eso pareció. Acostumbrado a las salidas tumultuosas de su equipo, la hinchada se sorprendió con la tibia presentación del Atlético. Había una especie de asombro ante las sucesivas ocasiones del Oviedo, que llegaba con facilidad al área. Había un desequilibrio notable en el juego, propiciado en buena parte por el aire ausente del Atlético. Pero el Oviedo dejó escapar la pieza. En su mejor oportunidad, Dubovsky lanzó la pelota contra el palo izquierdo. Ahí comenzó otro partido.

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El remate de Dubovsky vino a decir que el Oviedo estaba preso de alguna suerte de fatalismo: nunca podría ganar ese partido. La jugada también sirvió para rescatar al Atlético de su estado de postración. Tomó cuenta de la fortuna que había tenido, se sobrepuso a sus carencias y comenzó otro partido. Se produjo una inversión de factores que acabaron por desplazar el juego hacia el área del Oviedo. Mientras el Atlético ofrecía signos de recuperación, el Oviedo daba muestras de desánimo, convencido de que había malgastado en ese momento toda su cuota de oportunidades.

. El partido derrotaba hacia un choque trabado, de poco lustré, sin sitio para cosas espectaculares. Sin embargo, en la primera jugada decente del Atlético, Vizcaíno marcó un gol espléndido. Fue una acción muy trabajosa por la banda derecha entre Geli y Roberto, que acertó a dejar la pelota muerta al borde del área. Por allí siempre brujulea Vizcaíno en busca del remate largo. Esta vez fue un remate precioso, con la potencia y el toque justos: la pelota salió limpia hacia la escuadra de la portería.

El Atlético había conseguido más de lo que merecía, pero todos los datos indicaban que la victoria sería suya. El Oviedo había gastado su munición y se encontraba en desventaja. Su ejercicio posterior abundó en el desánimo del equipo de Brzic. El Atlético comenzó a jugar con viento de cola, aunque su juego fue discreto hasta el último cuarto de hora. Sus problemas tienen que ver con el fútbol previsible que practica. De un tiempo a esta parte, ha desechado la banda derecha. Juega decididamente inclinado hacia la izquierda, quizá porque todos los factores le obliguen a ocupar esa banda: la vitalidad de Simeone, la querencia natural de Pantic por esa zona del campo y la pujanza de Toni. La derecha es desértica: Roberto se siente inseguro y las llegadas de Geli cada vez son menos frecuentes. Por eso resultó curioso que el gol rojiblanco se cocinara en la banda derecha. Cosas del fútbol.Nada de lo que ocurrió después del gol fue registrable. El partido se empantanó en el centro del campo, sin llegadas apreciables en las áreas. Sólo Kiko acudió en rescate del fútbol. Frente a la tristeza que manifiesta Penev en los últimos tiempos, Kiko vive su mejor etapa como futbolista. Todas sus acciones tuvieron un carácter especial. Tuvo criterio y brillantez con la pelota, y una vez más hizo un uso magnífico de su envergadura. Frente a Kiko, los defensas se enfrentan a un armario de tres cuerpos con los pies de un brasileño. La ecuación se hace muy difícil de resolver para los defensores, como se observó en el segundo gol. Kiko condujo la pelota entre empujones, hasta que observó la progresión de Simeone, que recibió el pase y marcó con un izquierdazo muy violento.

Desde ese Instante, el Atlético se dio el gusto de jugar bien al fútbol, con frescura y verticalidad. El última cuarto de hora se hizo a beneficio de la hinchada, que agradeció la crecida de su equipo, el gol de uno de sus favoritos -López- y la recuperación del liderato.

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