Varias lecciones
Deportividad. Entre las muchas lecciones que dio el Ajax anoche, la de la deportividad no que Ia menos estimable, ni mucho menos. Su reacción en la primera parte ante el expolio dos goles en un partido de máximo nivel es el mejor ejemplo para el nuestro.Dos goles que el árbitro. manda al limbo son para el Ajax como dos tiros a la madera (que también los hubo). Un grande sabe que debe estar por encima de los factores de azar; no escudarse en ellos.
La dinámica. La gran virtud del Ajax. Hace lo mismo que los buenos equipos de la tierra, pero más deprisa. Los suyos son buenos jugadores, pero además rápidos. Y el concepto general del juego es dinámico, de intercambio rápido del balón, de proyección hacia la puerta contraria.
Los talentosos. No estuvieron para nada. El fútbol grande desnuda la lentitud de Redondo, tanto en sus movimientos como en el ritmo de distribución. Le Le salvan su lucha y su recuperación de, balón. Laudrup, menos aún. Sin luces, sin nervio, sin fe. Días así hacen pensar no sólo que no puede con dos partidos por semana, sino que tiene ya dada la vuelta al cuentakilómetros.
Luis Enrique. Fue la buena noticia en una noche que dejó muy poco de salvable para el Madrid. Tras muchos partidos ofuscado, estuvo bien en todas las zonas del campo, veloz, acertado y con el mérito de sobreponerse a un naufragio casi general. Recuperar a este jugador es importante para el Madrid.
El viejo estilo. El Ajax respeta el fútbol, para lo que impieza por respetar su viejo estilo. Desde el que empieza por respetar su planteamiento táctico hasta la actitud general, la velocidad de juego y el amor por el ataque recuerda al mejor Ajax de siempre.
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