Una bandeja y 625 millones en avales
Fue un acto meramente protocolario. Ramón Mendoza se reunió apenas unos minutos con los que habían sido sus directivos. "Les di las gracias por su colaboración. Me dieron una placa y me marché", explicó.La placa, era una bandeja de plata con dos asas en la que habían firmado todos los miembros de la junta, los mismo que ayer ratificaron la dimisión de su presidente. Mendoza depositó el regaló entre los, numerosos papeles que se apilaban en, su mesa de trabajo listos para la mudanza final.
Entre los papeles, muchas cartas. "Ahora que te vas la gente te manda cosas increíbles". La última la de Ruiz-Mateos.
Rodeado de Jeanine, su mujer, de su hijo mayor, Ramón, y de Nemesio Fernández Cuesta, que se va con él, el ahora ya ex presidente del Madrid vivió sus últimos minutos en el estadio Bernabéu.
A partir de hoy buscara una oficina para trabajar en sus cosas. Sus Proyectos son seguir en la Federación Española de Fútbol. Ayer dimitió en la Liga Profesional porque la ley se lo exige, pero a lo mejor colabora de alguna manera. También trabajará en la Asociación de Clubes Campeones de Europa. Y, a lo mejor, en a UEFA.
Mendoza deja de momento en el club 625 millones de pesetas, en avales. Quiere recuperar los de este año, aunque no los del ejercicio anterior. Si Lorenzo Sanz no le libera de esas garantías pedirá una auditoría exterior. José María Stampa, el secretario de la junta, puso también, su cargo a disposición del nuevo presidente. Fue el único que abandonó la directiva para presenciar, mezclado entre la prensa, el adiós de Mendoza.
"Seré siempre responsable de todo lo que ha sucedido hasta el 20 de noviembre, pero no de lo que pase a partir de ahora", explicó.
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