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RELEVO EN EL SPD

Lafontaine desbanca por sorpresa a Scharping como líder de los socialdemócratas alemanes

La bomba estalló poco antes de las once de la mañana de ayer en el congreso del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) en Mannheim: por primera vez en la historia del partido en la posguerra un presidente en ejercicio perdía el cargo. El SPD eligió, de forma completamente inesperada, a un nuevo presidente, el jefe de Gobierno del Sarre, Oskar Lafontaine, de 52 años. Lafontaine derrotó a Rudolf Scharping, de 47 años, que se presentaba a la reelección. El aspirante consiguió el apoyo de 321 de los 511 de los delegados, un 62,8% del total, frente a un Scharping que sólo logró 190 sufragios, un 37,2%.

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Errores, zancadillas y caída

Scharping resultó poco después elegido para una de las vicepresidencias del partido y conservará la jefatura del Grupo Parlamentario Socialdemócrata en el Bundestag (Cámara baja del Parlamento). La votación de ayer no implica todavía ninguna decisión sobre el candidato del SPD a la caricillería federal, que se decidirá probablemente un año antes de las próximas elecciones federales de 1998.La caída de Scharping comenzó a gestarse en la tarde del miércoles, cuando Lafontaine defendió una moción central sobre el programa del partido. El jefe de Gobierno del Sarre puso toda la carne en el asador, saco a relucir todos sus recursos retóricos y consiguió prender la emoción de los delegados, que recibieron con una cerrada ovación las palabras del hasta ayer vicepresidente del SPD.

La ovación a Lafontaine resultaba demasiado evidente, comparada con la tibia acogida que había tenido el lunes el discurso de apertura del congreso de Scharping. Entre los delegados empezó a correr la voz de si no sería Lafontaine la persona adecuada para sacar al SPD del marasmo en que está sumido. En la llamada noche del partido, en torno a abundante comida y bebida, empezó a cobrar forma la posibilidad de una candidatura de Última hora de Lafontaine. En algunas informaciones de agencia empezó a filtrarse la noticia de que Scharping, afectado por la acogida mostrada por el congreso a Lafontaine, le iba a invitar a presentarse como contrincante a la presidencia, para clarificar de una vez la situación.

Al abrir la sesión de ayer, Scharping subió al podio para anunciar: "Estamos ante una situación en la que algo tiene que aclararse. El SPD no puede seguir en una continua inseguridad` y un continuo desgaste". Acto seguido desafió a Lafontaine a presentar su candidatura a la presidencia. Lafontaine recogió el guante y se procedió a la votación. que concluyó con el sorprendente resultado que ha conmovido y puede dar un vuelco a la política alemana. La candidatura de Lafontaine resultó tan inesperada que la presidencia del congreso tuvo que aprobar, por dos tercios de los delegados y por la vía rápida, una modificación del reglamento para permitir la presentación de una candidatura fuera de los plazos previstos.

Los partidos de la coalición de centro derecha que gobierna en Bonn, democristianos y liberales, consideran que con Lafontaine el SPD abandona el centro político y da un giro a la izquierda. Los restantes partidos de oposición en el Bundestag de Bonn, los ecopacifistas de Los Verdes y los poscomunistas del Partido del Socialismo Democrático, aprobaron el cambio: Los Verdes consideran que el SPD recupera, la posibilidad de encontrar el camino hacia una verdadera oposición a Kohl y los poscomunistas esperan que con Lafontaine el partido encuentre el valor necesario para un cambio de rumbo en las relaciones con ellos.

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Olvidar el pasado

Tras su derrota, Scharping recibió quizá la mayor ovación a sus intervenciones en estos días de congreso Con un rostro que era la viva expresión de la derrota, tomó la palabra para decir a Lafontaine: "¡Oskar!, algunas cosas han hecho un daño amargo, pero ahora tendríamos todos que tener fuerza para dejar tras nosotros los dolores del pasado, porque tenemos una tarea que es más importante que nosotros mismos". En su discurso del día de apertura del congreso, ya Scharping había dejado entrever su frustración ante las maniobras en los últimos meses de sus oponentes en la dirección del SPD. El líder saliente fue calificado de autista político por la presidenta de Gobierno de Schleswig-Holstein, Haide Simonis. El presidente de Baja Sajonia, Gerhard Schröder, no cesó en los últimos meses de descalificar a los encargados de la dirección del SPD y en concreto a Scharping. El derrotado presidente llegó a decir en su discurso de apertura que las marranadas cometidas le producían, ganas de vomitar y se preguntó hasta cuándo habría que justificarse ante sus hijas que preguntan "¿por qué tener que aguantar todo esto?".

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