Igualdad y espectáculo

Tenerife y Barcelona ofrecieron ayer un buen espectáculo de fútbol y mantuvieron hasta el pitido final la incertidumbre, sobre un resultado que se pudo decantar para Unos y otros. Las oportunidades de gol, sobre todo en la segunda parte, se sucedieron en ambas porterías y no hubo tregua en ninguno de los bandos que, a, pesar de ser amigos, se enfrentaron en esta ocasión a cara de perro, aunque con generosidad hacia los espectadores que disfrutaron. a lo largo de los 90 minutos.

. La primera media hora fue de domino azulgrana, aunque sin ex cesivo peligro para la portería de Ojeda. Los emparejamientos eran duros, férreos, sin tregua para unos y otros. El Barça controlaba el juego y el Tenerife trataba de robar el balón para sorprender a la defensa catalana. La banda izquierda era el lugar preferido para el ataque del conjunto barcelonista, con Sergi y Roger, que se des doblaban con facilidad y supera ban a Aguilera y Chano. Por ahí llegaron las primeras aproxima ciones a la portería canaria, al margen de los dos primeros saques de esquina que forzaron los hombres de Cruyff. Esa fluidez por la izquierda no se correspondía por la banda con traria, donde Ferrer no lograba conectar con Prosinecki, quien mantenía un duelo - particular con su marcador Alexis. Por el centro, Kodro tampoco podía hacer mucho frente a su marcador, pegajosó como pocos, César Gómez.

. El Tenerife arriesgaba por la parte derecha sobre todo utilizando la velocidad de Aguilera, aunque los acercamientos a las inmediaciones de Angoy eran escasos y con poco peligro. Las jugadas individuales y los pases largos eran las armas utilizadas por el equipo de Heynckes, que no lograba. el equilibrio deseado entre ataque y defensa.

En esto llegó la figura dé un joven jugador que empieza a ser de terminante a la hora de marcar goles en el Barcelona. Roger García hizo acto de aparición. para lanzar un auténtico obús que se coló por la escuadra de Ojeda tras una jugada de Prosinecki que pareció llevarse el balón con el brazo.La segunda mitad comenzó con un Tenerife que salió a por todas y que logré a los, tres minutos de la reanudación el gol del empate. A partir de ahí, el Barcelona se vino abajo y el conjunto canario se vació en busca del gol de la victoria. En los compases iniciales estuvo a punto de hacerlo en dos ocasiones, pero Pinilla desaprechó un regalo de la defensa azulgrana y tampoco supo resolver un uno contra uno frente a Angoy.

El Barça parecía grogi durante esa fase de partido y no podía controlar el balón del que había sido dueño en la primera mitad. Vivar Dorado se hizo amo del centro del campo y, junto con Llorente, lanzó a su equipo hacia el marco rival. Las oportunidades se sucedían en los alrededores de Angoy.

A, partir de ahí el Barcelona resucitó. El partido se convirtió entonces en un toma y daca y se hacía imprevisible el resultado final Kodro, tras magnífica jugada de Celades, y Carreras, a punto estuvieron de desnivelar la balanza a favor de los azulgranas. Sin embargo, a renglón seguido e incompresiblemente, Pizzi no supo culminar un magnífico pase de Robaina cuando tenía toda la portería para él. De la oportunidad para el Tenerife se pasó, en segundos' a la última ocasión, del equipo de Cruyff. Uno de los hombres más destacados, Sergi, tuvo en sus botas la victoria cuando se plantó solo ante Ojeda, quien le sacó un balón que parecía imposible que no fuera gol. Al final, el empate hizo justicia con el juego desarrollado por unos y por otros aunque cada bando, tuvo sus opciones de llevarse los tres puntos.