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NECROLÓGICAS

Enrique Macías, compositor

Reciente aún la desaparición de Xoan Viaño (Ferrol, 1960) y del portugués Jorge Peixinho, acaba de morir en su tierra gallega Enrique Macías (Vigo, 1958). Podría unificarle a los tres compositores por su espíritu innovador y su búsqueda constante de nuevas expresiones sonoras dentro del mundo actual, incluida la electroacústica; también, porque los españoles y el lusitano poseían una imaginación desbordada, que en el caso de Macías -alumno de Bertomeu y Groba y, en definitiva, autodidacta- acusó sus dotes ya en 1978 con Larga noite de pedra y, un año después, en el Réquiem sobre textos de Celso Emilio Ferreiro.Residente en los estudios electroacústicos de Helsinki, Cracovía y Utrecht, de tales experiencias nos llegaron creaciones Como Nachtmusik I (1980) o Tránsito (1987), para instrumentos y electrónica, combinación en la que persiste en obras como Nobilissima visione, cuya versión final se escuchó en el Festival de Alicante 1991, o en Dublo, realizada en 1992 en París por encargo del grupo de investigaciones musicales, de la radio y que pudimos conocer también en Alicante el año 1993.

Había en cuanto proyectaba Macías, tras el trabajo procedimental y el inteligente uso de la tecnología, un transfondo humano que ya campeaba en partituras anteriores tan valiosas como la Tercera muerte de Isolda, para voz y grupo. El Festival Internacional de Canarias prepara el estreno de la que será última obra de Macías encargada para su próxima edición del mes de enero. La música gallega y española acusarán el vacío de una voz tan inconformista y creativa como la de Macías.-

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