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Un tribunal exculpa a tres inmigrantes que ya han pasado ocho meses en prisión

Jan Martínez Ahrens

La Audiencia Provincial de Madrid ha dejado en libertad sin fianza a tres de los cinco procesados por el doble crimen de los taxistas, cometido la noche del 21 de noviembre de 1994. Esta medida enmienda severamente el auto de procesamiento del juez instructor Miguel Fernández de Marcos y, deja en la calle, tras ocho meses de cárcel, a las tres inmigrantes que fueron, acusadas de encubrir a Rachid Mufrag y Abdeslán Kayat, los supuestos autores de los asesinatos. Excepto Mufrag, todos vivían en el apartamento de la calle de Rodas, 9, en el distrito Centro.

La Sección Séptima de la Audiencia de Madrid, basa su resolución en que el mero conocimiento del delito no implica encubrimiento alguno, sino que se requiere alguna intervención posterior a los hechos, como ocultar el cadáver o el arma homicida. Para apuntalar su decisión, los magistrados repasan las imputaciones caso por caso. Así, de Jadiya Annab señalan que únicamente consta que lavó la camisa que Abdeslán utilizó la noche de los hechos. "Pero hay que tener en cuenta que este procesado [Abdeslán, el hombre que supuestamente disparó contra los dos taxistas] vivía en la misma casa y que era ella quien lavaba la ropa".

De Sumaya Chakir y Abdallah Annab, la reconstrución judicial muestra que el día del doble crimen oyeron llegar al domicilio a Rachid y a Abdeslán, quienes contaron allí el dinero robado a los taxistas y se lavaron. "Abdallah discutió con los dos hombres y les dijo que se marcharan de la casa. Sumaya, por su parte, tapó el agujero que dejó un disparo realizado por Rachid contra una pared", añade el auto judicial. La conclusión a la que llega la Audiencia es clara: "Estas circunstancias no son suficientes para estimar que tuvieran conocimiento de los delitos de robo con homicidio cometidos con anterioridad [...]. Además, hay que tener presente [...] que aun cuando tuvieran conocimiento de las muertes de los taxistas realizadas por personas de su mismo país, no comunicarían lo que supieran ante la posibilidad de ver en peligro su situación de extranjeros en España".

PASA A LA PÁGINA 3

La fiscalía apoyó la decisión de la Audiencia de excarcelar a las tres inmigrantes

VIENE DE LA PÁGINA 1La decisión de los magistrados de la Sección Séptima de la Audiencla de Madrid -María Jesús Alía, Ramos, Ángel Luis Hurtado Adrián y Victoria Calle Rodríguez- nace de una interpretación de los hechos radicalmente opuesta a la del titular del Juzgado de Instrucción número 19 de Madrid, Miguel Fernández de Marcos.

El juez ordenó la detención de las tres mujeres el 26 de noviembre de 1994, durante un registro del apartamento. Cuatro días antes habían sido capturados los dos. supuestos homicidas. Al igual que sus compañeros, las tres mujeres ingresaron en la cárcel.

En marzo pasado, el juez dictó un auto de procesamiento en el que confirmó la prisión provisional. En este escrito, Fernández de Marcos sostenía que Abdallah Annab y Sumaya Chakir conocían los hechos, ya que permitieron el cambio de ropa de los autores, presenciaron el reparto del dinero y ocultaron una bala. El instructor, además, consideraba que Jadiya Annab debía ser procesada por1avar la camisa de Abdeslan y por encubrir a sus dos amigas, quienes le habían contado lo ocurrido. "Jadiya, Soumaya y Abdallah guardaron sepulcral silencio de todo lo presenciado ante la comisión judicial presidida por el juez de guardia que efectuó la primera entrada en la casa la madrugada del 24 de noviembre de 1994", indicaba el auto.

La decisión del instructor fue apelada por los procesados. La vista se celebró el 18 de julio. La Audiencia, con el apoyo de la fiscalía, estimó el recurso y dejó sin efecto el procesamiento de las tres mujeres, quienes salieron en libertad sin fianza. La acusación mostró con un recurso su contrariedad por tal decisión. No prosperó.

La Administración española reconoce el derecho a una indemnización por el anormal funcionamiento de la justicia. Así, en mayo pasado, tres personas que habían sido privadas de libertad durante un total de 701 días por delitos que no habían cometido reclamaron al Estado indemnizaciones por 96 millones de pesetas. El Consejo General del Poder Judicial aceptó las reclamaciones.

La puesta en libertad de las tres marroquíes no ha modificado, sin embargo, el procesamiento de los dos supuestos homicidas, de cuya implicación ofrece numerosas pruebas el instructor. El relato judicial sostiene que a medianoche del 21 de noviembre de 1994, Rachid y Abdeslán pararon el taxi conducido por Felipe García Fernández, de 51 años. Le pidieron que les llevase hasta la calle de Rodas. Poco antes de llegar, Abdeslán le dijo al conductor que parase, sacó una pistola semiautomática, marca Reck, y le metió un balazo en la cabeza. Por la espalda. Los dos hombres robaron la documentación, el dinero, el reloj y el radiocasete del taxista y se dieron a la fuga. En el coche quedaron las huellas de Mufrag. Los homicidas se dirigieron al apartamiento de la calle de Rodas. Allí se cambiaron de ropa y volvieron a salir. Se encaminaron al pub Balandros, en el paseo de Santa María de la Cabeza, 67. Bebieron whisky y esnifaron cocaína.

A la una de la madrugada pararon a otro taxi, conducido por Federico García Nogal, de 47 años. Como en el anterior asesinato, Abdeslán pidió que les llevase a la calle de Rodas. A la altura de la calle de la Sombrerería, Abdeslán dijo al taxista que frenase. Antes de que el conductor bajase el taxímetro, el inmigrante le disparó a bocajarro en la cabeza. Luego, con el cadáver sobre el volante, desvalijaron el taxi. Regresaron a pie al apartamento.

En la casa, a Rachid se le disparó el arma. El agujero fue tapado con harina y agua por Soumaya. Al poco tiempo, los homicidas se separaron. Rachid se dirigió al solar de la calle de Lérida donde acostumbraba a dormir. Fue detenido ese mismo día en una investigación relámpago por la Brigada Provincial de Policía Judicial. Abdesalán fue capturado al día siguiente. Sin embargo, su detención se debió a una orden de búsqueda y captura que ya pesaba con anterioridad sobre él. La casualidad quiso que los dos marroquíes comparecieran ante el juez de guardia el mismo día.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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