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ESPACIO: EXPLORACIÓN PLANETARIA

Una grabadora da un susto a los científicos de la Galileo

Un magnetófono rebelde les ha dado un susto tremendo a los responsables de la misión Galileo, que se encuentra ya casi en órbita de Júpiter tras un viaje de seis años. El 11 de octubre, el magnetófono, que graba las imágenes del planeta, se negó a dejar de rebobinar y hubo que pararlo desde tierra y suspender todas las grabaciones previstas. Y se acercaba la etapa clave de la misión, cuando la sonda que el pasado 12 de julio soltó la Galileo llegue el 7 de diciembre a la atmósfera del planeta gigante y transmita información durante unos 75 minutos antes de destruirse, al mismo tiempo que la Galileo, se inserta en la órbita de Júpiter.Cuando los técnicos de la misión probaron el pasado 20 de octubre el magnetófono comprobaron, para su alivio, que funcionaba de nuevo bien y la cinta no se había roto como temían. Este magnetófono es similar al que tienen otras sondas interplanetarias y varios satélites espía. Los técnicos creen que se atascó porque se ha utilizado poco durante la misión. Sin embargo, ahora su buen funcionamiento es crucial porque es el encargado de grabar miles de imágenes para luego transmitirlas muy lentamente a tierra por una pequeña antena de la Galileo, ya que la antena principal se atascó también al desplegarse y no funciona. Así que el magnetófono ha pasado a ser el instrumento clave de la misión y en el que confían los científicos para poder conocer a fondo el planeta gigante.

De todas formas, la suerte va a jugar un papel muy importante en el resto de la misión, y eso lo reconocen los científicos del Jet Propulsion Laboratory, en California (EE UU), que han cuidado de la Galileo desde que fue concebida hace más de 15 años hasta ahora, que se encuentra a sólo 25 millones de kilómetros del planeta. Por lo pronto, para no arriesgarse, se ha corrido la cinta un poco más para cubrir la zona posiblemente dañada, y toda esa parte, donde estaba grabada una imagen, la primera en color que obtenía la sonda, no se utilizará más ni se podrá recibir en tierra. Se han perdido las que iba a grabar del 11 al 21 de octubre. Tampoco se van a grabar imágenes de los satélites jovianos lo y Europa, el 7 de diciembre, para asegurar la grabación de los datos que transmita la sonda cuando se suicide en la atmósfera de Jupiter.

"Nuestra prioridades están claras", dice William J. O'Neil, director del proyecto. "Tenemos que obtener todos los datos de la sonda". Durante los dos años que permanezca la Galileo en órbita de Júpiter, habrá otras oportunidades para obtener datos de las lunas, según O'Neil.

La Galileo y la futura sonda Cassini de exploración de Saturno son las dos últimas misiones multimillonarias del JPL, que ahora se encuentra en plena remodelación de objetivos para acomodarse a lo "pequeño, bueno y barato", el nuevo lema de la NASA para su la exploración espacial no tripulada. Tres de estos pequeños programas, ya seleccionados tienen la Luna, Plutón y Mercurio por objetivo.

Con el fallo de la antena principal, los científicos de la Galileo se tienen que limitar a obtener sólo 1.500 de las 50.000 imágenes previstas, pero si al menos obtienen esta cantidad se darán por satisfechos después de todos los sustos que han pasado.

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