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El nuevo Encinar de los Reyes ven ya chalés a partir de 43 millones

El Encinar de los Reyes, una urbanización de lujo entre Al cobendas y Madrid que habitaron los americanos de la base de Torrejón de Ardoz durante 33 años, ha vuelto a nacer tras dos años de abandono. El Ayuntamiento de Madrid aprobó el viernes, en pleno, el proyecto urbanístico que reforma el interior del barrio, y amplía el número de viviendas del mismo. El nuevo Encinar de los Reyes, que ocupa terrenos en las afueras de Madrid y Alcobendas, tendrá 1.337 casas. Metrovacesa (inmobiliaria del BBV) y la familia Olazábal se reparten la propiedad de los terrenos y del negocio. La venta de esta promoción residencial se calcula por encima de los 50.000 millones de pesetas.Sobre una superficie de 31.000 metros cuadrados -como tres veces el estadio Santiago Bernabéu- se alzará una de las promociones, el complejo residencial bautizado como El Vedado, con 63 chalets adosados. Algunos chalés de El Vedado, propiedad de Metrovacesa, ya han salido a la venta. Entre 43 millones -los más pequeños, de 131 metros cuadrados edificados y 271 de parcela-, y 67 millones -los más grandes, de 206 metros cuadrados construidos y 644 de parcela-.

El nuevo barrio pretende tener una amplia zona comercial que se extendería por 4.135 metros cuadrados, un polideportivo público (12.991), un equipamiento educativo (19.448), 28.000 metros cuadrados de zona verde y jardines y tres kilómetros de carril bici.

PASA A LA PÁGINA 3

Metrovacesa saca a la venta 63 chalés adosados

VIENE DE LA PÁGINA 1El Encinar de los Reyes es hoy un desierto. Desde hace dos años está deshabitado. Los norteamericanos de la base militar de Torrejón de Ardoz abandonaron en 1992 las viviendas que ocupaban en esta urbanización salpicada de encinas, a caballo entre Alcobendas y Madrid. Ahora, las fachadas muestran desconchones; los cristales, rotos; y las puertas, destrozadas.

El panorama es desolador. Sólo se oyen los trinos de los pájaros y el trajín de los albañiles, que han empezado a trabajar para resucitar el lujoso barrio. Sesenta y tres chalés, en construcción, ya están a la venta.

Los arquitectos han dibujado de color los campos. Del ocre de la tierra crecerán el césped y unos 25.000 árboles y arbustos. Las viviendas se revestirán de pizarra color amarillo.

Sobre una superficie de 31.000 metros cuadrados -como tres veces el estadio Santiago Bernabéu- se alzará el complejo residencial bautizado como El Vedado, con 63 chalets adosados, cuya construcción está prevista que finalice dentro de un año.

La finca residencial se la reparten el BBV-Metrovacesa, que en 1992 lanzó una OPA (oferta pública de adquisición de acciones) contra la familia Olazábal, los otros propietarios. El territorio ocupa los bordes de Alcobendas y Madrid. En total, está previsto que en los próximos cinco años se construyan 1.337 viviendas.

Evidente competencia

La competencia entre los dueños es evidente. Un fotógrafo de este periódico preguntó el viernes, en una de las oficinas que anunciaba la venta de chalés, por la empresa Metrovacesa. "Es aquí, no hay otro sitio en esta zona que venda casas", le dijeron en la oficina de ventas de la familia Olazábal. Muy cerca, a un kilómetro de la urbanización gestionada por los Olazábal, se encontraba la vivienda piloto de Metrovacesa.

Si no se dispone de vehículo propio, llegar a la urbanización es tarea difícil. Y cara. Ningún autobus alcanza esta zona, según aseguró el Consorcio de Transportes. La línea que más se acerca es la 155, que une la plaza de Castilla con El Soto de la Moraleja. Así que el único medio de transporte es el taxi. El servicio desde la Ciudad Universitaria, pasando por la carreteras de El Pardo y la de Burgos, a El Encinar costó el viernes a un periodista de EL PAÍS 2.300 pesetas (1.500 de carrera y 800 por superar el límite municipal de Madrid). Una vez dentro, la urbanización es un laberinto. Perderse es fácil. Una sola cabina de teléfono conecta con el exterior. A lo largo de un paseo, pocos carteles indican la oficina de información y venta de las viviendas.

Una vez allí, una señorita enseña a los futuros propietarios las calidades y los tamaños de las viviendas. En total, 63 adosados, de dos plantas de altura, distribuidos en 11 edificios. La superficie de las viviendas tendrá entre 140 y 200 metros cuadrados construidos, con una parcela, privada de entre 200 y 600 metros cuadrados. En la planta baja se encuentra el salón, con chimenea francesa; el comedor, el vestíbulo -estas tres habitaciones, pavimentadas en mármol-, un aseo y la cocina, amueblada, con encimera corrida, placa vitrocerámica, horno y campana extractora de humos. En el primer piso: cuatro dormitorios, solados de parqué y armarios vestidos, y dos baños completos, el principal con bañera de hidromasaje.

Antena parabólica

Cada vivienda dispone además de otros extras como la instalación de gas natural, televisión por cable y antena parabólica. El precio del chalé más barato, con 131 metros cuadrados construidos y 271 metros de parcela, será de 43 millones de pesetas. El más caro, de 206 metros cuadrados y 644 metros de terreno, ascenderá a 67 millones de pesetas. La forma de pago será de un millón de pesetas en el momento de hacer la reserva, cuatro millones a la firma del contrato y el resto negociable en letras.

Los alrededores de esta bolsa de viviendas rejuvenecidas serán decorados por 9.000 metros cuadrados de jardín, donde se ubicarán las instalaciones de ocio y deportes: piscinas, pistas de tenis, paddle y zona de juego infantil. En las entrañas del terreno habrá un aparcamiento subterráneo.

"Queremos evitar que la urbanización se llene de coches y que sea un conjunto residencial donde las zonas verdes y los espacios naturales tengan un gran protagonismo", explicó el responsable de la promoción gestionada por Metrovacesa, Javier Pizarro. La finca de El Encinar de los Reyes ocupa una extensión de 840.000 metros cuadrados. Además del terreno destinado a las viviendas habrá 74.000 metros cuadrados de red viaria, 19.448 metros cuadrados para colegios, 28.000 metros cuadrados en una zona deportiva, 5.000 metros para instalaciones sociales y 4.135 para una zona comercial.

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