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Una familia 'okupa', desalojada de su casa en plena amnistía de los habitantes ilegales de pisos sociales

Los Plaza García eran ocupantes irregulares de una vivienda social de San Blas, como otras 15.000 familias de la región a las que la Comunidad ha comenzado a aplicar este año una amnistía para legalizar su situación. Sin embargo, está pareja de treintañeros con una hija de 12 años fue desalojada ayer por orden judicial -a instancias del Gobierno regional-, del piso de 40 metros cuadrados del Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima) al que entraron de patada hace dos años y medio.Los vecinos de esta corrala de la calle de Laviana, 9, la mayoría también irregulares, se concentraron para apoyarles. "Les a tocado la china, porque por el mismo rasero tendrían que echar a medio San Blas", aseguraban, ya que en este barrio obrero hay 7.000 familias que no son titulares de las casas que habitan (mediante subrogaciones irregulares, compras fraudulentas, o, como en este caso, ocupaciones).

En el decreto de regularización, aprobado por el Gobierno autónomo en marzo con el apoyo de partidos, sindicatos y asociaciones vecinales, se exceptúan las ocupaciones a la fuerza. El objetivo es evitar que la amnistía desencadene una cascada de patadas en la puerta. Pero no es la primera vez que a okupas como los Plaza, con años de antigüedad, se les ha legalizado si cumplen los requisitos exigidos. Francisco Javier Plaza, un pintor de brocha gorda de 30 años, nació en este edificio construido en los años cuarenta y con rentas obsoletas de 100 pesetas mensuales. Al conocer a su novia, Pilar García, comenzaron a vivir en la casa de unos familiares. Hace dos años se enteraron de que un piso de este bloque quedaba vacío tras la muerte de su inquilino. "En casa de mi madre éramos 14, no podíamos pagar un alquiler de mercado y dimos la patada", explica.

Un pariente del primer arrendatario reclamó el piso, pese a no tener ningún derecho sobre él. También el Ivima solicitó al juzgado el desalojo de esta familia. La expulsión se ejecutó en Semana Santa, pero ellos volvieron a ocupar el piso. Hasta ayer.

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