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LOS REYES CATÓDICOS CARMEN SEVILLA

Kitsch puro de oliva

Carmen Sevilla es el toro de Osborne de nuestro paisaje audiovisual. Del toro renegábamos porque nos parecía el símbolo de la cultura del porompompero y, finalmente, acabamos por indultarlo convencidos de que estaba a la cabeza del arte retrocamp. Con Carmen ha pasado algo parecido. De ser la antigualla por excelencia del cañí penibético ha devenido en la reina del kitsch televisivo.Confieso que cuando Carmen empezó a conducir el Telecupón su presencia me produjo la misma irritación que al escritor Juan Bonilla el reloj que lucía en la muñeca uno de los extras que aparecían disfrazados de legionarios en la película Espartaco, o sea que la consideraba un anacronismo. Las folclóricas me han parecido siempre una degeneración del flamenco, y la Sevilla, en concreto, Carmen de Mérimée pasada por Sepu. En realidad, pensaba que la habían contratado como árbol de navidad y no como presentadora. Ahora, sin embargo, no sólo hago su adoración nocturna todos los días, sino que estoy convencido de que es uno de los monumentos más logrados de nuestro paisaje audiovisual.

Del mismo modo que con el paso del tiempo se entenderá que el desembarcó de Normandía fue tan importante como la batalla de Waterloo y la guerra del Golfo como la de Troya, así también el paso de los siglos se encargará de demostrarnos que Carmen Sevilla es a nuestra iconografía lo mismo que la Dama de Elche al arte ibérico o los bisontes de Altamira al paleolítico.

Tele 5 ha sido la Virgen de Lourdes que la ha rehabilitado y Valerio Lazarov su Luis de Baviera particular, sólo que el rey del kitsch mandaba reconstruir los castillos de la antigua Germania porque no los encontraba tan románticos como los imaginaba y el ex director de Tele 5 se encontró a Carmen perfectamente restaurada. Lazarov, que además de parecer un zíngaro pasado por Llongueras es un Maquiavelo televisivo, intuyó antes que nadie que volvía la década prodigiosa, y lejos de buscar copias defectuosas de los mitos de entonces (Brigitte Bardot / Claudia Schiffer, James Dean / Luke Perry, etcétera) optó directamente por quitarle las vendas al original. Ahí empezó la resurrección de Carmen Sevilla.

Es lo bueno que tiene el retrocamp, que si eres paciente y no te mueves del sitio, el eterno retorno de lo efímero siempre se vuelve a cruzar en tu camino. Se conoce que Dios no sólo juega, con nosotros a los dados, sino que también es un fan de la moviola y de vez en cuando aprieta el botón para repetir las mejores jugadas de la historia.

Alguien escribió que Carmen Sevilla pertenecía a la cultura de la errata. Yo creo que Carmen, como Chiquito de la Calzada, es una errata en sí misma, peto una errata afortunada. Ella, sin embargo, no es consciente de su hazaña. En realidad le pasa lo mismo que a Gary Cooper. El actor, debía aquellos andares felinos que exhibía en Sólo ante el peligro a una lesión en la cadera, y Carmen debe su éxito a los accidentes que sufre todas las noches en la lengua.

Ése es el mejor de sus defectos especiales. Donde mejor se conservan las ruinas no es en Roma, como creía Stendhal, sino en España. Carmen forma ya parte de nuestro patrimonio nacional. Kitsch puro de oliva. Viva España.

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