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Entrevista:

"Se tardó demasiado en intervenir en los Balcanes"

JAVIER AYUSO Tres años después de abandonar el cargo de comandante supremo de la OTAN para Europa, John Galvin ha vuelto a lo que fue su casa durante más de un lustro. Y la ha encontrado muy cambiada. Desde su nuevo puesto de decano de la Fletcher School of Law and Diplomacy, en Boston, Galvin observa los acontecimientos con una distancia envidiable. En el Instituto de Empresa de Madrid este coronel de cuatro estrellas, retirado con 66 años, criticó la falta de reflejos de Europa para actuar en los Balcanes.

Pregunta. Ya ha pasado algún tiempo desde que dejó el mando de las fuerzas de la OTAN en Europa. ¿Cómo está Europa?

Respuesta. Ha cambiado mucho. Antes, estábamos en continua confrontación con la URSS. Pero la situación, aunque era peligrosa, era más simple que ahora. Uno podía entender cuál era la situación: una amenaza constante. Ahora tenemos un panorama diferente, con el desarrollo de muchos países que avanzan hacia la democracia, mientras tienen que afrontar otros problemas, como el terrorismo internacional, el aumento de la criminalidad, problemas económicos y étnicos... todo ello nos lleva hacia un futuro difícil de entender.

P. ¿Cómo se está preparando Europa para ese futuro?

R. Ésa es la clave: cómo afrontar. una nueva situación en la que los movimientos migratorios son una realidad en todos los países. Debemos tener un entendimiento mucho más amplio de la realidad actual. Ahora, cualquier país depende del otro. Los problemas son comunes, sin importar la potencia de las naciones. Estamos en una aldea global en la que ningún país, por muy poderoso que sea, puede resolver solo sus problemas. El medio ambiente, el crecimiento demográfico, el terrorismo, las luchas étnicas... Hay que afrontar los problemas unidos. No basta con un mayor entendimiento entre los gobiernos; también hay que contar con las estructuras necesarias. para hacer posible ese nuevo equilibrio mundial.

P. Entrando ya en el conflicto de los Balcanes. ¿Qué se ha hecho mal en la antigua Yugoslavia para llegar a la actual situación?

R. El principal error fue no actuar rápidamente cuando comenzó la crisis. Esa es la clave. Se ha dejado pasar mucho tiempo antes de intervenir militarmente.

P. ¿Se debería de haber actuado inmediatamente?

R. Sí, sin duda. Aunque yo tambien entiendo las razones que llevaron a retrasar esas medidas quirúrgicas. No hay que olvidar el momento y la situación en que se planteó la crisis. Acababa de concluir la guerra del Golfo y estábamos en. pleno proceso de unidad en Europa, con un movimiento contrario a la intervención de Estados Unidos en las decisiones de la Unión Europea. Pero eso no es razón suficiente como para haberse cruzado de brazos.P. Y ahora, ¿qué se debería hacer?

R. Creo que se ha demostrado que la intervención militar ha tenido sus efectos y ha abierto la puerta del alto el fuego y de la negociación de un acuerdo. Yo diría, sin embargo, que aunque se consiga un buen acuerdo, todavía quedarán muchos problema . s sin solventar. Como, por ejemplo, Kosovo, Boigbonina, Kraina, Macedonia y otros. Por eso, hay todavía mucho que hacer tras ese acuerdo deseable. La solución real va a costar mucho tiempo y mucho trabajo y sólo se puede alcanzar si trabajamos en equipo.

P. Además de los Balcanes, ¿cuáles son las zonas más conflictivas desde el punto de vista estratégico?R. En la misma Europa tenemos todos los países en transición hacia la economía de mercado, que plantean todavía muchas incertidumbres y que hay que mantener bajo observación. Tampoco hay que olvidar Cuba, Corea del Norte, Israel, Irlanda... Pero más que problemas por zonas, deberíamos plantearnos el fondo de muchos de los conflcitos, que no es otro que el enfrentamiento étnico. En todos ellos, incluidos los de los Balcanes, hay que encontrar la fórmula para alcanzar la reconciliación. Y, pira ello, hay que buscar soluciones que no agudicen los problemas o creen nuevos conflictos.

P. ¿Se refiere a la separación étnica en zonas geográficas?

R. Exactamente. La separación de musulmanes, serbios y croatas no es la solución. Hay que buscar otras vías que permitan la convivencia pacífica y. unida tras una reconcialiación. La división étnica volverá a traer el problema antes o después.

P. ¿Y cómo se puede plantear esa reconciliación con las heridas abiertas tras esos años de una guerra tan cruel?

R. Desde luego, nunca hay que intentar imponer una solución a ninguna de las partes del conflicto. La fuerza puede ser necesaria para forzar la negociación, pero no para alcanzar acuerdos. Porque si es necesaria la fuerza para firmar un acuerdo, será luego imprescindible para implementarlo y asegurar su cumplimiento. Hay que buscar otras vías hacia el entendimiento y la reconciliación. Con paciencia y colaboración por todas las partes en conflicto.

P. Usted se acaba de incorporar a la Fletcher School of Law and Diplomacy como decano. ¿Qué quiere enseñar a los alumnos de Boston?

R. Yo lo que quiero hacer es enseñar todo lo que he aprendido en largos años de soldado, viajando por todo el mundo. Y de mi experiencia tengo que des tacar que en el mundo actual no se puede plantear ningún tema sin una visión global.

P. ¿Cuáles son los grandes retos de las relaciones internacionales para el siglo XXI?

R. La paz, la paz y la paz. La paz que no hemos tenido nunca hay que buscarla. En estos momentos hay 25 grandes conflictos vivos en el mundo. Hay que continuar buscando la paz y hay que creer que es posible conseguirlo.

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