10 años de espía privado
El nombre del comisario en excedencia Francisco Álvarez Sánchez, de 50 años, lleva más de 10 años mezclado en las salsas más dispares. Mucho ha cambiado su vida desde que en 1966 ingresó en la policía: de perseguidor de atracadores en Barcelona hasta propietario de empresas dedicadas a los más variados trabajos de espionaje, tras quemar en el camino sus etapas. como jefe de Policía de Bilbao y responsable del Gabinete de Operaciones Especiales de Interior.
Álvarez fue nombrado jefe superior de Policía de Bilbao en diciembre de 1982, tras la llegada del PSOE al poder. En su toma de posesión ya anunció que pondría en marcha nuevas medidas contra ETA. "No considero prudente publicarlas porque ahora mismo estamos. llevando a cabo algunos retoques necesarios", dijo Álvarez en presencia de autoridades civiles y militares. Y agregó que no encontraría "obstáculo alguno".
Jamás reveló las "nuevas niedidas" proyectadas. Evidentemente, no lo consideró "prudente". Pero 10 meses después Alvarez no tuvo empacho en reconocer que estaba detrás del intento de secuestro del presunto etarra José María Larretxea en Francia, una de las primeras acciones de la guerra sucia. Entre los frustrados secuestradores de Larretxea estaba Jesús Alfredo Gutiérrez Argüelles, uno de sus antiguos hombres de confianza del grupo antiatracos de Barcelona.
"Acción humanitaria"
Álvarez explicó que lo de Larretxea era una acción "humanitaria" encaminada a obtener la liberación del capitán Alberto Martín Barrios, secuestrado y asesinado por ETA. Y proclamó con solemnidad: "Si se produjera algún tipo de trabajo sucio y yo, lo supiese, lo denunciaría".Rafael Vera le destituyó en 1986 del puesto de jefe del Gabinete de Operaciones Especiales,. que ocupaba desde, que Julián Sancristóbal lo fichó en 1984. En 1989 fue condenado por la Audiencia de Bilbao a seis años de inhabilitación por prevaricación al no investigar los malos tratos a un detenido.
Paco Gálvarez, como le llaman sus compañeros, ha de dicado los últimos años a prestar asesoramiento y hacer informes secretos para cual quiera que tuviera dinero para pagar sus servicios, entre ellos el empresario Javier de la Rosa.
El ex comisario Alvarez es amigo del coronel Juan Alberto Perote, ex número dos del Cesid. No es casual que ambos visitaran los mismos días -el 12 y el 24 de abril pasados- al ex director general de Seguridad Jullán Sancristóbal, preso por aquellas fe chas en Guadalajara por su presunta relación con los GAL. Álvarez, junto con Perote, promovió que Ricardo García Damborenea entrega se al juez Baltasar Garzón el acta fundacional de los GAL.
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