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FUTBOL SEXTA JORNADA DE LIGA

El Deportivo cae en la vulgaridad

La Real doblegó a un conjunto gallego que sólo reaccionó al final

La Real doblegó a un Deportivo que escondió su fútbol en una absoluta vulgaridad, sólo maquillada por una reacción final tan agobiante como infructuosa. A Toshack le fallaron los planes en su retorno a Anoeta y la Real Sociedad invirtió los papeles previstos. El tesón pudo con la técnica. El Deportivo se dejó sus galones en una primera mitad desconcertante que le condujo a un fútbol agonístico en la segunda, impropio de su jerarquía.El encuentro se estructuró con dos argumentos, el querer y el poder, que reivindican el equillibrio tradicional entre oponentes desiguales. La Real opuso al adversario una dialéctica en la que la presión, el esfuerzo, el sacrificio eran fundamentos esenciales para superar el presunto raciocinio del Deportivo. Y en la algarabía realista, el Deportivo se quedó mudo durante 45 minutos, anonadado incluso ante la exhibición física de su oponente. Imanol condenaba al infierno a Fran y el Deportivo acusaba su ausencia, casi tanto como el anonimato de Manjarín y Begiristain y las imprecisiones de Donato y Mauro Silva.

El conjunto gallego se encaminó a la vulgaridad más absoluta, sin proyección ni ideas y demasiados nervios que le trasladaban continuamente a la imprecisión de su fútbol. Todo era fruto del trabajo debastador de la Real, que sin arrimarse a Canales minó no sólo las ideas, sino la fortaleza de su rival.

Toshack se alteró a las primeras de cambio, y a la media hora ya había mandado a la ducha a Begiristain y a Mauro Silva, para dar entrada a Aldana y Radchenko. La opción, aunque urgente, le dio la razón. Aldana rompió el muro realista y Radchenko probó la cintura de los defensores donostiarras.

Luego, con los cambios, el Deportivo resolvió algunas dudas del crucigrama propuesto por la Real. Recuperó el balón y por tanto el ritmo, y a consecuencia de ello el control de algunas fases del encuentro. Fruto de ello llegó el gol en la primera incursión de Fran en el área rival, que Radchenko agradeció.

Pero la ventaja no tranquilizó sus nervios. Y una defensa con aureola de inexpugnable titubeó en un balón por el centro que De Pedro alojó en la red.

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